Introducción

Este blog es una herramienta orientada para todo tipo de profesionales de la educación, la psicología y la salud que trabajen con trastornos cognitivos de base orgánica y pretende convertirse en de base orgánica en una herramienta de consulta permanente.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Crean pastilla que aumentará la libido en mujeres


Una farmacéutica alemana está dando los últimos toques a un fármaco que aumentará el deseo sexual en mujeres. A diferencia del viagra, que promueve el flujo de sangre hacia el pene, este actúa directamente sobre el cerebro.

por Redacción Anodis
[contacto@anodis.com]

EcoDiario

Alemania.- La farmacéutica alemana Boehringer Ingelheim GmbH está investigando si el sexo realmente es algo que se encuentra en la cabeza de las mujeres y se encuentra dando los toques finales a una pastilla diseñada para despertar el deseo femenino. A diferencia del Viagra, que promueve el flujo de sangre hacia el pene, este fármaco actúa sobre el cerebro.

"Este medicamento tiene el potencial para abrir finalmente la puerta a la aceptación de la idea que la disminución del deseo puede ser algo que implica una disfunción en los mecanismos cerebrales, y no sólo determina una mala pareja", dijo Jim Pfaus, neurólogo en la Universidad Concordia en Montreal , que realizó las primeras pruebas de la droga en ratas. "Por supuesto que se encuentra en la cabeza."

El mercado estadounidense de los medicamentos que reavivan la líbido femenina podría ser mayor que los dos millones de dólares al año que se registran para el tratamiento de la disfunción eréctil. Según Stephen Simes, CEO de Bio Sante Pharmaceuticals, el año pasado se registraron más problemas sexuales ligados a las mujeres.

Cómo funciona

La casa Boehringer, con sede en la ciudad alemana de Ingelheim, en la orilla oeste del Rin, buscaba un tratamiento para la depresión en la década de 1990 cuando se tropezó con el compuesto, llamado flibanserina. En 2002, Boehringer llegó a la conclusión que el fármaco no podía relacionarse con el levantamiento del estado de ánimo de los pacientes.

Apetito sexual

La compañía dice que los investigadores se sorprendieron al ver que los sujetos demostraban un apetito sexual considerablemente superior al de los demás.

Después de lo que Pfaus describió como un período inicial de duda sobre el desarrollo de una píldora del sexo, Boehringer decidió seguir adelante. La empresa necesitaba nuevos medicamentos porque se enfrentaba a la pérdida de un billón de euros (1,5 millones de dólares) en ingresos anuales, y considerando que dos medicamentos más, Mirapex (para la enfermedad de Parkinson) y Flomax (para el tratamiento de la próstata agrandada), hubieran perdido su licencia al año siguiente.

La compañía farmacéutica más grande del mundo lleva más de una década estudiando flibanserina y todavía tiene que publicar los resultados de las pruebas clínicas para demostrar que el medicamento es eficaz.

La compañía levantará el velo del secreto el lunes en la conferencia de la Sociedad Europea de Medicina Sexual, enseñando los datos de los ensayos realizados en más de 5 mil europeos y mujeres estadounidenses.

Desesperación de la Mujer

El criterio principal para los ensayos clínicos, que la empresa llamó con nombres de flores, fue la cantidad de "acontecimientos sexuales satisfactorios" que las mujeres decían haber experimentado después de iniciar el tratamiento.

Si los resultados eran buenos, los llamados 'estudios Bouquet', como por ejemplo Violeta, Margarita, Dalia y Orquídea, constituían la base para las aplicaciones en EU y en Europa.

La empresa alemana ha aprendido la lección del caso Pfizer. El fabricante de medicamentos estadounidense amplió el recurso de casación de Viagra en 1998 por la explícita referencia a la palabra "impotencia" y por relacionar la píldora azul con una enfermedad llamada disfunción eréctil.

Boehringer está evitando palabras potencialmente ofensivas como 'frigidez' y se refiere al problema que sus píldoras curan únicamente por su nombre clínico, trastorno del deseo sexual hipoactivo o TDSH.

"Toma cuerpo la evidencia que el deseo sexual hipoactivo provoca angustia emocional", dijo Heike Specht, un portavoz de la compañía.

El laboratorio "ha llevado a cabo la última etapa de ensayos clínicos en más de cinco mil mujeres de los que esperamos sacar los primeros tratamientos farmacéuticos disponibles."

Un estudio de Boehringer sobre 31 mil mujeres en EU. a partir de los de 18 años determinó malestar causado por la disminución del deseo sexual en una de cada 10.

Batalla ideológica

Una libido débil es "un problema real", y los primeros resultados clínicos hasta la fecha sugieren que las píldoras Boehringer pueden ayudar, según Stephen Stahl, psicofarmacólogo y presidente del Instituto de Neurociencias de Educación en Carlsbad, California.

Stahl, quien ha sido consultor de Boehringer, ve un papel creciente para estas píldoras en el tratamiento de los trastornos sexuales.

Comunicación cerebro/cerebro

lunes, 16 de noviembre de 2009

La religiosidad humana hunde sus raíces en nuestras habilidades cognitivas

Dos disciplinas científicas buscan el origen de la espiritualidad en el desarrollo de la mente. Todas las sociedades humanas presentan creencias religiosas, a pesar de que la religiosidad no supone un estímulo obvio para la reproducción o la supervivencia. ¿De dónde procede entonces nuestra tendencia a creer que el mundo está hecho con un propósito o a confiar en agentes sobrenaturales? La periodista de la revista Science, Elisabeth Culotta, analiza en un artículo reciente las respuestas dadas a esta cuestión por dos ramas de la ciencia aparentemente alejadas entre sí: la arqueología y las ciencias cognitivas.

La religiosidad humana hunde sus raíces en nuestras habilidades cognitivas

Todas las sociedades humanas tienen sus dioses, tanto si su culto se rinde en catedrales góticas como si se celebra en pirámides maya.

En todas las culturas, los humanos han destinado recursos a elaborar rituales y a construir edificios religiosos. Sin embargo, la religión no supone un estímulo obvio para la reproducción o la supervivencia.

¿Por qué surge, entonces?, se pregunta la periodista de la revista Science, Elizabeth Culotta en un artículo aparecido recientemente en dicha revista. Bajo el título “On the Origins of Religion" (En el origen de la religión), Culotta, en un intento de desentrañar esta cuestión, analiza dos disciplinas muy distintas que se han dedicado a estudiar la religiosidad humana: la arqueología y la psicología cognitiva.

Antecedentes darvinistas

Ya Charles Darwin abordó el tema de la religión desde la perspectiva de su tesis sobre el origen de las especies, y buscó evidencias de que la religión podía ser explicada por pequeños avances en la cognición y en la estructura social humanas.

Sin embargo, según Culotta, para Darwin, el origen de la religión no supuso un misterio sino uno de los frutos del desarrollo seguido por el ser humano.

Tal y como él mismo escribió en El origen del hombre. La selección natural y la sexual: “tan pronto como las importantes facultades de la imaginación, el asombro y la curiosidad, junto con la capacidad de razonamiento, se desarrollaron parcialmente, el hombre comenzó a especular sobre su propia existencia”.

Culotta afirma que, en los últimos quince años, un número creciente de investigadores ha intentado responder al misterio de la religiosidad siguiendo la estela de Darwin e indagando en la hipótesis que éste defendía: que la religión surge de forma natural, fruto de los procesos corrientes de la mente humana.

Con estos estudios, se ha abierto un nuevo campo de investigación denominado “ciencia cognitiva de la religión”, que se apoya en la psicología, la antropología y la neurociencia para comprender las bases del pensamiento religioso, explica la autora.

Religión en la arqueología

En la actualidad, a pesar de que no se ha alcanzado al respecto un consenso general entre los científicos, para Culotta las respuestas potenciales a ciertas preguntas (como, por ejemplo, si la materia genera el dominio invisible de lo espiritual o si la religión es un fenómeno que puede ser explicado científicamente) podrían encontrarse en la interpretación de ciertos datos arqueológicos y, también, de la información surgida del estudio de nuestra mente.

Por un lado, la arqueología está ofreciendo información potencialmente relevante para la comprensión del inicio de la religiosidad humana, gracias al hallazgo de antiguos diseños geométricos de contenido simbólico o de antiquísimas tumbas cuyo análisis ha revelado la existencia de rituales de enterramiento, entre otros.

Culotta explica que los arqueólogos están buscando señales de religiones antiguas en relación con una de las habilidades cognitivas propias del ser humano: el comportamiento simbólico.

En este sentido, el arqueólogo Colin Renfrew, de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, asegura que la religión sería una forma particular de un comportamiento social simbólico más amplio.

Con esta idea acerca de la mente humana, los arqueólogos exploran las religiones antiguas y buscan en sus excavaciones señales del inicio del comportamiento simbólico en nuestra especie.

Religión en la mente

Por su parte, especialistas en ciencias cognitivas como Justin Barret, de la Universidad de Oxford, han asegurado que existen propiedades funcionales en nuestros sistemas cognitivos que nos hacen propicios a la creencia en agentes sobrenaturales.

Barret y otros investigadores ven las raíces de la religión en nuestra sofisticada cognición social, explica Culotta.

Según ellos, los humanos tendemos a ver señales de “agentes” –mentes similares a las nuestras- que actúan sobre el mundo y a interpretar éste como si estuviera hecho con un propósito.

Los humanos tenemos, afirman estos científicos, una tremenda capacidad para impregnar, incluso a los objetos inanimados, de creencias, deseos, emociones y conciencia. Esta capacidad, según el psicólogo de la Universidad de Yale, Paul Bloom, estaría en el núcleo de muchas de las creencias religiosas.

Estos campos del conocimiento, la arqueología y las ciencias cognitivas, se están desarrollando en paralelo en esta dirección, relacionando las evidencias empíricas de los registros arqueológicos y los modelos teóricos de los psicólogos, señala Culotta.

Según la autora, todavía no ha habido entre ambas disciplinas más que ligeros atisbos de actividad interdisciplinar, pero los especialistas están de acuerdo en que este terreno de investigación está experimentando el surgimiento de nuevas e interesantes evidencias en lo referente al origen de las religiones, y que tal vez lo más importante esté aún por llegar.

La memoria a corto plazo depende de dos redes neuronales diferenciadas


Nuevos descubrimientos obligan a revisar el papel del hipocampo en la formación de los recuerdos. Hasta ahora, se había pensado que el cerebro humano utilizaba dos mecanismos distintos para formar recuerdos a largo plazo o recuerdos a corto plazo. Esta teoría, sin embargo, acaba de ser desafiada por los resultados de una investigación de científicos de la University College de Londres, en la que se ha puesto de manifiesto que la distinción no es tan sencilla. Los recuerdos a corto plazo estarían formados por dos redes neuronales muy distintas, una de ellas responsable también de la memoria de larga duración. Por Yaiza Martínez.




Imagen del cerebro de un paciente con esclerosis bilateral del hipocampo. El hipocampo está indicado por las flechas y es más pequeño que un hipocampo normal. Fuente: UCL.
Hasta ahora, se había pensado que el cerebro humano utiliza mecanismos distintos para formar recuerdos a largo plazo y recuerdos a corto plazo. Esta teoría, sin embargo, acaba de ser desafiada por los resultados de una investigación realizada por científicos de la University College de Londres (UCL).

Según un comunicado de la UCL, los neurocientíficos formularon la primera teoría a partir de observaciones realizadas con pacientes con amnesia, un trastorno que afecta a la capacidad de formar recuerdos a largo plazo.

Normalmente, la amnesia suele estar ocasionada por daños en una región del cerebro llamada hipocampo. Se sabe que esta región, que está situada en los lóbulos temporales, está involucrada en la memoria a largo plazo, la memoria espacial y los desplazamientos físicos. También es una de las primeras zonas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, cuyos síntomas son las deficiencias de memoria y la desorientación.

A pesar de los daños sufridos en la memoria a largo plazo en aquellos pacientes con amnesia (y, en consecuencia, con trastornos en el hipocampo), éstos fueron capaces de recordar un número de teléfono durante periodos cortos de tiempo, siempre que no se distrajera su atención.

Este hecho condujo a la idea de que el hipocampo sería el responsable de la memoria a largo plazo, pero no de la memoria a corto plazo. Los hallazgos recientes realizados por los científicos de la UCL revelan que esta distinción entre ambos tipos de recuerdos debería ser revisada.

Redes neuronales distintas

Los investigadores de la UCL analizaron a pacientes que padecían epilepsia con origen en el lóbulo temporal, un tipo de epilepsia que provoca una marcada disfunción del hipocampo.

A los participantes se les pidió que observasen e intentaran memorizar imágenes fotográficas de escenas cotidianas, por ejemplo, de sillas y de una mesa situadas en una sala de estar. Mientras ellos recordaban las fotos, se midió su actividad cerebral en intervalos de tiempo cortos (de sólo cinco segundos) y largos (de 60 minutos).

Los registros cerebrales se realizaron con una técnica no invasiva denominada magnetoencefalografía (MEG), que registra la actividad funcional del cerebro mediante la captación de campos magnéticos, y que permite investigar las relaciones entre las estructuras cerebrales y sus funciones.

Con la MEG se constató que para la memoria a corto plazo acerca de los detalles de cada escena, por ejemplo, si la mesa estaba situada a la derecha o a la izquierda de las sillas, fue necesaria la actividad coordinada de una red de áreas cerebrales (región temporal y región visual), mientras que para la memoria a corto plazo general se puso en marcha una red neuronal muy diferente.

Consecuencias de la diferencia

Como consecuencia de sus trastornos, a los 60 minutos los participantes no fueron capaces ni de recordar detalles de las fotos ni de distinguir éstas de fotos nuevas.

Sin embargo, según uno de los autores del estudio, el profesor Emrah Duzel, tras cinco segundos, los pacientes sí pudieron distinguir las imágenes que ya habían memorizado de imágenes nuevas (recuerdo general), pero no de recordar la colocación detallada de los objetos en las escenas (recuerdo detallado).

Los científicos explican que esto se debe a que existirían dos redes distintas para la formación de recuerdos a corto plazo en el cerebro.

Una de estas redes funcionaría de forma independiente al hipocampo y se mantendría intacta en pacientes con daños en éste y, en consecuencia, con déficit de memoria a largo plazo.

La otra red sí que dependería del estado del hipocampo, y afectaría a la formación de los recuerdos a corto plazo, junto con la capacidad de formar recuerdos a largo plazo.

Primera evidencia anatómica y funcional

Otro autor de la investigación llamado Nathan Cashdollar, señala que a pesar de que otras observaciones recientes habían comenzado ya a desafiar la distinción clásica entre memoria a corto plazo y a largo plazo y su relación con el hipocampo, esta teoría se ha mantenido durante casi medio siglo.

La importancia de los resultados obtenidos en esta investigación es que suponen la primera evidencia anatómica y funcional de los mecanismos que se comparten en la formación de recuerdos a corto y largo plazo, y cuáles son independientes en dicha formación.

Gracias a ellos, ahora se sabe que existen dos redes diferenciadas en las que se basa la memoria a corto plazo. Una funciona con independencia del hipocampo, y por ello no se ve afectada por los trastornos que afectan a esta región del cerebro, mientras que la otra depende de él. Los resultados de esta investigación han sido publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

lunes, 9 de noviembre de 2009

El cerebro se adapta a la vista aun después de haber sido siempre ciego

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Los casos de visión recuperada después de una vida a ciegas, aunque raros, proveen una oportunidad única para tratar de responder varias preguntas fundamentales sobre la función cerebral. Después de haber vivido en la oscuridad durante años, sin haber conocido nunca la luz por tratarse de una ceguera de nacimiento, el cerebro necesita aprender a percibir y procesar el nuevo torrente de información visual cuando la persona adquiere el sentido de la vista. Se sabe muy poco acerca de cómo se logra este aprendizaje, pero un nuevo estudio de neurocientíficos del MIT sugiere que la información dinámica, es decir, la percepción de objetos en movimiento, es crítica.

En la mayoría de las naciones desarrolladas, los bebés con ceguera curable son tratados a las pocas semanas de su nacimiento. Sin embargo, en las naciones en vías de desarrollo, como la India, abundan los casos de niños nacidos con formas curables de ceguera que se quedan sin tratamiento por falta de recursos médicos o financieros. Estos niños tienen grandes probabilidades de mortalidad prematura, analfabetismo y desempleo. Los médicos dudan de aplicarles el tratamiento a personas mayores por el dogma convencional de que el cerebro es incapaz de aprender a ver después de los 5 ó 6 años de edad.

El profesor de ciencias cognitivas y cerebrales del MIT, Pawan Sinha, a través de su fundación humanitaria, Proyecto Prakash (del sánscrito “luz”), ha tratado y estudiado a varios de tales pacientes durante los últimos cinco años. El Proyecto Prakash sirve tanto para devolver la vista a los niños ciegos como para aclarar varias cuestiones fundamentales de las neurociencias.

Los nuevos descubrimientos del equipo de Sinha aportan pistas acerca de cómo aprende el cerebro a procesar los estímulos visuales. Estos hallazgos no sólo ratifican que tratar la ceguera en niños mayores y en adultos sí es eficaz, sino que también permiten conocer mejor el sistema visual humano, perfeccionar el diagnóstico de ciertos trastornos visuales, crear procedimientos de rehabilitación y hasta desarrollar ordenadores capaces de captar y procesar imágenes de un modo parecido al del cerebro humano.

Uno de los pacientes estudiados, que adquirió la visión a los 29 años de edad, al ser curado de una inusual enfermedad congénita, al principio de su proceso de adaptación cerebral a la visión podía identificar algunas formas, como por ejemplo triángulos y cuadrados. Si aparecían una al lado de otra, pero separadas, no tenía problema en distinguirlas. Pero cuando estaban solapadas no lograba identificarlas. Su cerebro era incapaz de distinguir los contornos de una forma completa; en su lugar, consideraba cada fragmento como una forma independiente de las demás.

Sin embargo, si un cuadrado o un triángulo estaban en movimiento, este paciente y otros dos estudiados los podían identificar mucho más fácilmente. Ante objetos en movimiento, sus tasas de éxito pasaban de cerca de cero a alrededor de un 75 por ciento.

Aseguran que los bebés empiezan a aprender su idioma desde el útero

|Los científicos pensaban que la lengua materna influía en la producción de sonidos más tarde. Un estudio publicado hoy sostiene que el llanto es fundamental para desarrollar el habla y que los recién nacidos prefieren copiar melodías típicas del lenguaje que oyeron durante el último trimestre del embarazo.

La primera palabra. Uno de los grandes "eventos" en la vida del ser humano. Pero abandonar los simpáticos balbuceos y poder expresar lo que se quiere es un proceso mucho más largo de lo que se creía. O al menos eso sostiene un estudio realizado por científicos de Alemania y Francia que aseguran que las bases del habla se adquieren a partir del tercer trimestre del embarazo. Allí, en pleno útero.

Rodeado de líquido amniótico, el bebé no sólo reconoce y prefiere la voz de su madre sino que es capaz de percibir las emociones de los mensajes gracias a las diferentes entonaciones y las distintas "melodías" que se generan al hablar, descubrieron los científicos que publicaron su trabajo en la revista Current Biology.

Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que el llanto es fundamental para el desarrollo del lenguaje. "El descubrimiento más notable es que los neonatos no sólo son capaces de producir diferentes melodías de llanto sino que además prefieren producir el tipo de melodías que son típicas del idioma que oyeron durante su vida fetal, dentro del último trimestre de gestación", explicó Kathleen Wermke de la Universidad de Würzburg en Alemania. "Contrariamente a lo que sostienen las interpretaciones ortodoxas, estos datos ponen de relieve la importancia del llanto de los bebes como base para el desarrollo del lenguaje".

El equipo de Wermke registró y analizó el llanto de 60 recién nacidos sanos, 30 de familias francesas y 30, de alemanes. Todos tenían entre tres y cinco días de vida. Los resultados de los estudios revelaron claras diferencias en la forma que los bebés lloran, basadas en su lengua materna.

Específicamente, los chiquitos franceses lloraban con una curva melódica ascendente, mientras que los alemanes lo hacían con un tono descendente, patrones que se repiten como diferencias características en los dos idiomas, explicó Wermke.

Los investigadores recordaron que los fetos son capaces de memorizar sonidos del mundo exterior una vez que han llegado al último trimestre de gestación, y tienen particular sensibilidad por la curva melódica de la música y del lenguaje. Y agregaron que, tras nacer, la preferencia por el lenguaje que escucharon en el útero y su capacidad para distinguir entre diferentes lenguas y cambios de tono se basa fundamentalmente en la melodía.

Aunque estudios anteriores habían demostrado que la exposición prenatal a la lengua materna influía en la percepción de los bebés, los científicos pensaban que el idioma de los padres afectaba la producción de sonidos mucho más tarde. Con estas nuevas evidencias, los investigadores ahora creen que no es así.

Sabiendo que los bebes pueden imitar sonidos vocálicos de los adultos que los rodean, pero recién a partir de las doce semanas de vida (antes no es posible físicamente), los científicos alemanes y franceses fueron por más y llegaron a un conclusión.

Imitar la curva melódica, en cambio, "se basa en mecanismos respiratorio-laríngeos bien coordinados y no está limitada por la inmadurez articulatoria", señalaron. "Los recién nacidos probablemente están muy motivados a imitar el comportamiento de la madre para atraerla y así propiciar el apego. Como la curva melódica quizá es el único aspecto del habla materna que los recién nacidos son capaces de imitar, esto podría explicar por qué encontramos esta imitación a edad tan temprana".

El estudio se realizó gracias al trabajo interdisciplinario de varias instituciones de estos dos países. Por Alemania participaron la propia Wermke, Birgit Mampe de la Universidad de Würzburg y Angela D. Friederici del Instituto de Neurociencias y Conocimiento Humano Max-Planck de Leipzig. El aporte francés llegó de la mano de Anne Christophe de la Escuela Normal Superior del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de París, un profesorado de investigadores.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Color y Forma, Percepciones Separadas del Cerebro
6 de Noviembre de 2009. Foto: U. ChicagoNormalmente tendemos a pensar que el color es un atributo fundamental de un objeto: un automóvil rojo, un lago azul, un flamenco rosa... Sin embargo, una nueva investigación sugiere que nuestra percepción del color es maleable, y se apoya mucho en procesos biológicos de los ojos y el cerebro.
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Los mecanismos neuronales del cerebro son eficientes en asociar cada color con el objeto al que pertenece, para evitar mezclas indebidas, de forma que no se vea erróneamente un flamenco azul en un lago rosa. ¿Pero qué sucede cuando un color pierde el objeto al que está asociado? Una nueva investigación de la Universidad de Chicago ha demostrado por primera vez que en lugar de desaparecer junto al objeto perdido, el color se pega sobre una región de algún otro objeto a la vista, un hallazgo que revela una nueva propiedad básica de la visión.
La investigación muestra que el cerebro procesa la forma de un objeto y su color mediante dos vías diferentes y, a pesar de que la forma y el color de un objeto normalmente están vinculados, la representación neural del color puede sobrevivir sin la forma. Cuando eso ocurre, el cerebro establece un nuevo vínculo que liga el color a otra forma visible.

"El color está en el cerebro. Se construye tal y como se construyen los significados de las palabras. Sin los procesos neurales del cerebro, no seríamos capaces de entender los colores de los objetos más de lo que podríamos entender palabras de un idioma que escuchamos pero que no conocemos", explica Steven Shevell, psicólogo de la Universidad de Chicago especializado en temas relativos al color y la visión, y que es coautor del nuevo estudio, en el cual también intervino Wook Hong.

Información adicional en:



martes, 3 de noviembre de 2009

Elogio de la mentira, o de la honestidad como aberración: un experimento psicológico



De nuevo, una pequeña joya de la investigación científica. En este caso ha corrido a cargo de Joshua Greene, profesor de psicología de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard, que ha conseguido establecer lo siguiente: las personas honestas (en su acepción de personas probas, rectas u honradas) no necesitan ningún esfuerzo volitivo para tener comportamientos... honestos (Neuroimaging suggests truthfulness requires no act of will for honest people). La investigación se ha llevado a cabo mediante técnicas de imagen por resonancia magnética funcional (fMRI en sus siglas en inglés), un procedimiento que permite detectar la actividad en zonas cerebrales localizadas gracias a la medición del flujo sanguíneo y la mayor o menor concentración de deoxihemoglobina en tales zonas.

El experimento ha consistido en someter a un grupo de personas a situaciones en las que mentir les podría resultar económicamente ventajoso. El estudio muestra que las personas que mentían en tales situaciones evidenciaban una mayor actividad, reflejada por las técnicas de fMRI, en determinadas zonas de la corteza cerebral asociadas con el control y la atención. Por contra, las personas honradas, que no mentían, no manifestaban signos de actividad en tales zonas cerebrales. El comunicado original de la Universidad de Harvard se limita a concluir que los procesos cognitivos asociados con la honestidad dependen más de la ausencia de tentaciones que de una resistencia activa frente a éstas, es decir, que los comportamientos honrados son cognitivamente más cómodos... al menos para las personas honradas, puesto que el mismo estudio afirma que un comportamiento honesto en personas deshonestas sí supone una mayor actividad cognitiva en las zonas cerebrales asociadas con el control y la atención.

En definitiva: según este estudio, la gente honesta no necesita hacer ningún esfuerzo volitivo para tener comportamientos honestos, en tanto que la gente deshonesta siempre desarrolla esfuerzos volitivos, tanto cuando se comporta honestamente como cuando no. Hasta aquí, el estudio es poco más que un dispositivo experimental para demostrar una tautología -que, como se sabe, es una verdad autoevidente y por ello indemostrable- la de que "las personas honestas son las que se comportan de forma honesta". La investigación, según parece, no nos lleva mucho más allá en el conocimiento de los arcanos de la naturaleza humana, aunque existe cierta confusión entre la definición operativa de honestidad -la que se ciñe exclusivamente al comportamiento de los individuos en el dispositivo experimental- y una clasificación esencialista, pues también se habla de personas 'honestas' de una forma más general, como si se tratase de una categoría previa que el experimento no viene sino a confirmar. (Por cierto, ¿tanto dinero tiene la Universidad de Harvard como para financiar proyectos de este tipo?)

La página web Tendencias 21, adscrita a la Cátedra de Ciencia y Tecnología de la Universidad Pontificia de Comillas, titula, sin embargo, la noticia sobre este estudio de una forma bastante llamativa: Un estudio del cerebro demuestra que el hombre es naturalmente honesto. Es evidente que este estudio no demuestra tal afirmación de ninguna manera, aunque es posible que la orientación confesional de la Universidad de Comillas haya tenido algo que ver en la presentación de semejante titular. Según esta manera de ver las cosas, el hombre sería naturalmente honesto por no suponerle tal comportamiento ningún esfuerzo cognitivo o volitivo. Pero esto es tanto como decir que el hombre es naturalmente ignorante, perezoso, sucio o amante de la contemplación -en definitiva, un completo idiota- por la misma razón.

En resumidas cuentas, la inercia cognitivo-volitiva no parece explicar gran cosa acerca de nuestra forma de ser. Justamente se tiende a definir al ser humano como un animal práxico, esto es, definible por lo que hace y por cómo lo hace, no por lo que no hace. El experimento comentado más arriba, y sobre todo la particular interpretación hecha por la web Tendencias 21, apuntan a una interpretación de esencias más que de actitudes (la gente honrada es la que se comporta de forma honrada y además esto es lo natural en el ser humano). La aplicación de las sofisticadas técnicas de neuroimagen por resonancia magnética no es -creo- sino una coartada metodológica para tildar de científica una investigación que no supera el rango de lo anecdótico: todo el mundo sabe que la verdad se dice, mientras que la mentira se inventa (lo que, evidentemente, supone un esfuerzo cognitivo).

Mentir es imaginar, elaborar y presentar ante los demás una realidad falsa; mentir es una actividad constructiva, un ejercicio cerebral de primer orden. Estoy hablando, claro, de la mentira en tanto actividad intelectual, y no me refiero a los dispositivos biológicos de ocultación, camuflaje o disimulo (un camaleón no miente cuando cambia la coloración de su piel). Justamente, el descubrimiento de que bonobos y chimpancés son capaces de mentir los ha hecho, ante nuestros ojos, más 'humanos'. Incluso en lo que se considera como la más alta distinción intelectual de la mente humana -la interpretación racional de la realidad- existe un trasfondo de mentira y de impostura. Alargando un poco a Descartes: miento, luego pienso, luego existo.

Por eso, en mi opinión, el estudio del profesor Greene no va más allá de la constatación de una trivialidad por resonancia magnética funcional; y es que parece que todo lo relacionado con las neurociencias es hoy por hoy como el saco del Tío Calambre, que de tanto que hay dentro nadie pasa hambre (y menos que nadie los psicólogos).

Así, mentir puede ser un ejercicio intelectualmente muy saludable, una gimnasia cognitiva que nunca viene mal y que forma parte de la naturaleza humana (sea lo que sea lo que quiera decirse con esta palabra). Conviene no olvidar, sin embargo, la advertencia del gran pensador cubano Dinio:

"no mientas la veldad".

lunes, 2 de noviembre de 2009

El miedo es un placer

Los científicos argumentan la afición al terror: activa la parte del cerebro que se enciende con la satisfacción

La particular versión de Homer Simpson del cuadro de Munch ´El grito´.


Está siendo un puente de lo más ´terrorífico´. A pesar de que la Iglesia Católica ha condenado la actual pujanza de la fiesta de Halloween en nuestro país, por su naturaleza "pagana" y de "celebración de la muerte", lo cierto es que cada vez más se apuntan al carro de la celebración: se ha convertido en un reclamo hostelero, en el argumento que esgrimen los niños para no acostarse pronto aunque sea por una noche, en la excusa para un programa doble de películas de terror en las parrillas de las cadenas de televisión... Precisamente, dicen los obispos españoles, Hollywood ha sido el principal difusor de Halloween entre nuestras fronteras. Y es que no muchos pueden resistirse a pasar miedo delante de una pantalla. Pero, ¿por qué, siendo el miedo una sensación desagradable?
Los científicos lo tienen cada vez más claro: la zona del cerebro que se activa cuando vemos una película de terror es la misma que se enciende con una experiencia placentera. En este sentido, un grupo de investigadores de la Universidad de California y de Florida ha concluido que los sentimientos relacionados con el miedo son captados por el área cerebral encargada de procesar las emociones primarias –la responsable, por ejemplo, de alertarnos del peligro– pero también la información llega hasta la corteza prefrontal, que procesa los pensamientos más sofisticados y complejos y la que nos lleva a evaluar la alerta y, en el caso de una película de terror, a zanjar la cuestión con el clásico "Es sólo cine". En suma, el placer de contemplar una cinta tipo ´Saw´, ´Viernes 13´, ´Pesadilla en Elm Street´ y derivados es el de tener miedo sabiendo que saldremos ilesos.
Aunque también está el instinto humanísimo pero casi perdido –gracias a un proceso de civilización cada vez más aguzado– de explorar el límite de nuestras posibilidades y capacidades, el atractivo de subirnos a una noria o de hacer puenting. Asimismo, para algunos especialistas la experiencia de sentarse a sufrir mientras una jovencita escapa de un alocado portador de una sierra mecánica puede ser hasta educativa. Óscar Vilarroya, neurocientífico de la Universidad Autónoma de Barcelona, comentó en un reciente Festival de Sitges –certamen dedicado por entero al celuloide bizarro, fantástico y de horror–: "Tras quemarnos aprendemos a temer el fuego. Cuando vemos una película terrorífica activamos los circuitos cerebrales de aprendizaje pero sabiendo que no vamos a sufrir".
La cuestión no es en absoluto nueva. Tras el pavoroso crack del 29, EEUU vivió la primera era dorada del cine de terror, con los inicios de las franquicias de Drácula, Frankenstein y derivados gracias a los Estudios Universal. Entonces, algunos psicólogos se hicieron la misma pregunta: "¿Por qué nos gustan las películas de terror?". Llegaron a diversas teorías pero la más plausible relaciona la crisis de la época con el deseo de evasión a través de temores más pavorosos que la propia realidad.
Asumiendo, por tanto, que siempre sentiremos terror –y disfrutaremos con él–, afirman los expertos cinematográficos que se puede conocer a la sociedad de una época a través de sus miedos. Saquen sus propias conclusiones al ponerse delante de una cinta de horror: cuando vean una película japonesa tipo ´The Ring´ (o su remake estadounidense), fíjense en por qué sus protagonistas son siempre seres solitarios o miembros de familias desestructuradas en grandes urbes; pregúntense si, en plena época de noticias sobre menores violentos, es coincidencia que en el último año al menos tres películas –´Joshua´, ´La huérfana´ y ´The children´– tengan como villanos a varios púberes calculadores y sin escrúpulos; noten cómo en unos tiempos cada vez más laicos el protagonismo de Satán y demonios haya decaído hasta su práctica extinción fílmica, o cuántos ejemplos recientes hay, en esta sociedad de la depresión psicológica y la automedicación, de filmes sobre la paranoia y el aislamiento... El terror nos satisface pero también nos retrata.

Las películas más terroríficas

La prestigiosa web totalscifionline.com ha publicado este año su ránking de las películas más terroríficas de la historia. La triunfadora, ´El resplandor´, "un estudio sin precedentes acerca del aislamiento, la locura y la paranoia", según los expertos de la página. ´Alien´, ´La semilla del diablo´, ´La noche de los muertos vivientes´, ´Psicosis´, ´Tiburón´, ´Halloween´ y ´La matanza de Texas´ completan el podio.

Los directores españoles, en boga

Jaume Collet Serra (´La huérfana´), los Pastor (´Infectados´), J.A. Bayona (´El orfanato´), Fresnadillo (´28 semanas después´)... Son algunos directores españoles que han hecho fortuna con los gritos, pero en inglés. "Al revés que el mercado anglosajón, en España no tenemos tradición de historias de fantasmas. Tenemos que inventar nuestras propias formas de discutir el tabú", dice Bayona.

Vampiros, la moda que no cesa

No hablamos de terror necesariamente cuando hablamos de vampiros, pero los chupasangres son la moda catódico-cinematográfica del momento: la saga ´Crepúsculo´ (vertiente romántica: ´Romeo y Julieta´ con colmillos), la serie ´True Blood´... Hasta la cadena chilena TVN va a estrenar una teleserie vampírica en horario nocturno y Antena 3 prepara su propia ´tv movie´ ´vampiguay´.

El espectáculo de la sangre y el sadismo

La clasificación X de ´Saw VI´ (más información en la página siguiente) y la aceptación del ´gore´ (violencia gráfica, explícita) como un elemento ´mainstream´ más (hasta en la popular serie ´C.S.I.´ hay dosis leves) prueban que en la actualidad el terror es, sobre todo, algo físico. ¿Tendrá que ver con lo preponderante del ´look´, del culto al cuerpo y la despreocupación por lo ultraterreno?

La teoria microgenética de la conciencia



A pesar de la importancia de la teoría de la conciencia que contribuyó a diseñar el neurólogo Jason W. Brown este sigue siendo más conocido sobre sus estudios sobre la afasia que por su “teoria microgenética” de la conciencia que es una teoria unificada que reune al lenguaje, la percepción, el movimiento, los sentimientos, la conciencia del tiempo y la naturaleza del Yo.

En suma, una teoria completa si resultara ser cierta y de enorme trascendencia práctica porque describe una unidad cuántica de conciencia en relación con las ondas de energia (ondas cerebrales) que transcurren de forma ascendente por el sistema nervioso desde el tálamo, lugar donde Brown ubica el marcapasos cerebral hasta la corteza recorriendo el cerebro de abajo-arriba tal y como realizó la propia evolución.

Tres etapas que pueden ser descritas a grandes rasgos desde el antiguo cerebro reptiliano, el sistema paleomamifero o limbico y la corteza neomamifera.

Ondascerebrales

Cada unidad de conciencia dura alrededor de una décima de segundo o lo que dura una onda cerebral (una décima de segundo equivaldria a un ritmo alfa de 10 ciclos por segundo), la onda se inicia en el tálamo que hace el papel de reloj y desde alli se esparce en forma ascendente hacia las estructuras más jóvenes, alcanzando la corteza donde se juntan las percepciones y el movimiento dando lugar al momento consciente. La onda se expande tambien hacia el exterior por el sistema perineuronal (glia) alcanzando todos los tejidos inervados del cuerpo.

Lo importante es entender que desde el punto de vista neurofisiológico sólo podemos hablar de un momento consciente y no de conciencia que en cualquier caso seria la forma en que nuestro cerebro rellena los tiempos muertos entre momento y momento.

Sólo podemos hablar pues de instantes. De una sucesión de instantes.

El tronco cerebral (cerebro reptiliano) contiene un mapa espacial de todo el cuerpo y su relación con el entorno. Brown describe el tronco como un lugar sin imágenes, con voluntad propia, dirección, intuición, arquetipos, subconsciente, intencional y lugar de reacciones defensivas groseras vinculadas a la supervivencia. El siguiente nivel, el sistema límbico consiste en un espacio de imágenes, sueños y alucinaciones donde los objetos se seleccionan sobre la base del recuerdo.En la corteza cerebral y más concretamente en la visual los rasgos y posiciones de los objetos en el mundo están ya discriminados. La representación de los objetos se forma en relación con el sistema musculoesquelético.

En la parte superior del microgenio el “momento consciente” está escrito en un “pizarrón mágico” en la superficie de la corteza, la imagen gradualmente se desvanece de arriba a abajo a medida que una nueva onda llega para tomar su lugar, el continuo reemplazo del pizarrón ocurre tan suave y rápidamente que la conciencia y el tiempo parecen fluir de un instante al otro.

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En un post anterior donde hablé precisamente de la naturaleza del tiempo me ocupé de la paradoja de que mientras el tiempo parece que fluya desde el pasado hacia el futuro el espacio no le acompaña. Este fenómeno señala que existe una ilusión, un truco biológico diseñado seguramente por la evolución para dar a nuestra experiencia una continuidad fílmica que no tendríamos si solo percibieramos fotografias o flashes de la realidad. Sabemos, sin embargo, que tiempo y espacio son la misma cosa y que el tiempo no puede fluir sin arrastrar tras de sí al espacio.
Es curioso que la palabra reloj en francés sea horlogue que procede de dos raices, Logos y Horas. Significa que lo que entendemos como tiempo no es sino una combinación de la palabra (logos) e instantes de conciencia. Sin duda es nuestra corteza cerebral la que cose esa discontinuidad entre instantes y les pone nombre (tiempo).

Lo importante es saber que es el tálamo -nuestro marcapasos cerebral- el que decide en cada momento en cuantas partes didivirá el segundo virtual a fin de que quepan mas trozos. Usualmente lo hace en situaciones de riesgo para la supervivencia: si usted ha tenido alguna de esas experiencias cercanas a la muerte o simplemente ha sido atropellado, ha tenido un accidente de tráfico o ha visto peligrar su vida seguramente tendrá la experiencia de enlentecimiento del tiempo: la escena parece transcurrir como a cámara lenta, la razón de esta lentitud es precisamente un hecho contrario, nuestro tálamo ha acelerado la descarga de ondas precisamente -de instantes- para dar más tiempo a a reaccionar. Lo que percibimos como enlentecimiento a nivel consciente es en realidad una aceleración talamocortical, un ritmo beta (ver el gráfico).

Lo que cambia la vida (como en el caso de un atropello) puede producirse en una fracción de segundo, y estos momentos microgenéticos pueden enfermarnos y también curarnos. Lo interesante de la formulación de Brown es que supone que la energia sanadora o traumática se relaciona con ese momento microgenético asociado a una sola onda cerebral. Es sorprendente como a veces reconocemos en la clinica que el trauma de un evento se coloca en su lugar instantáneamente en una fracción de segundo antes de que nuestra conciencia pueda anotarlo. Años más tarde nuestros sistemas regulatorios siguen examinando esa energía contenida en estado sólido, retenida y somática en cada arrastre de ciclos cerebrales. Es sorprendente que el trauma almacenado pueda resolverse con la misma rapidez con que se instaló en su lugar y de hecho se sospecha que la mayor parte de nuestros traumas se resuelven solos no a través de la narrativa o la catarsis -que sólo iluminan sin resolver el patrón- sino a través del simple arrastre de ondas cerebrales.

Para Brown la razón de esa instalación preverbal o pre-onda del trauma se debe a que entre onda y onda existe un espacio de tiempo donde las ondas corren libremente fuera del control talámico. Para comprender mejor esta idea piense usted en su respiración, hágala consciente. Se dará cuenta de que entre la inspiración y la espiración existe un tiempo muerto. En las ondas cerebrales o del corazón sucede este mismo fenómeno. Lo que Brown aporta es que es precisamente en este momento de “reposo” cuando nuestros ritmos electromagnéticos son más vulnerablesa la hora de sintonizarse o de hacerse coherentes con otros estimulos electromagneticos del ambiente. Algunos autores como Beck han señalado que en estos momentos de libre circulacion nuestras ondas cerebrales se sincronizaban en frecuencia con las ondas geoeléctricas de la tierra, la resonancia Schumann: picos de frecuencia elecromagnética baja (ELF) que coincidirían con esos momentos de reposo o libre circulación.

De resultar acertada esta hipótesis significaria que la sintonización podria ser un nuevo paradigma médico para la restitución de heridas fisicas y emocionales. Lo cierto es que esta sintonización siempre se da en estas fases de baja frecuencia (ELF) que Brown identificó como “libre movimiento”, entre pulsación y pulsación o entre polarización y despolarización y nueva repolarización de las membranas neuronales que en cualquier caso es una especie de recorrido de prueba de los canales de reparación.

Pero para entender como funciona este mecanismo supuesto de reparación es necesario entender el concepto de matriz viviente (del que ya hablé en este post y en éste) o como se le llama en otros entornos sistema perineural: se trata de un sistema de comunicación de corriente directa que llega a todo tejido inervado donde se establece una corriente de lesiones que controla la reparación del daño. Históricamente el potencial de lesión se descubrió antes que el potencial de acción neuronal (Davson 1970). La corriente de lesiones se genera en el lugar de la herida y continua hasta que la reparación del daño se termina. La corriente se encarga de alertar al resto del cuerpo en cuanto al alcance y ubicación de la lesión y de atraer a su vez fibroblastos, glóbulos blancos y celulas móviles de la piel y que tienen como propósito cerrar la herida. A medida que el tejido va sanando la corriente de la lesión cambia y realimenta la información sobre el progreso de la reparación en los tejidos circundantes. La trasmisión de esta corriente no es iónica como sucede en las neuronas sino que la matrix se comporta como semiconductora y es sensible a los campos magnéticos (efecto Hall)

En conclusión: la teoria microgenética de Brown ofrece un buen modelo para entender las relaciones entre la conciencia, el cerebro y el cuerpo puesto que postula que las oscilaciones del campo de corriente -las ondas cerebrales- que conocemos bien por el EEG no estan confinadas en el cerebro sino que se propagan a través del sistema circulatorio (que es un buen conductor por su contenido en agua y sal) y a través de los nervios periféricos seguidos del sistema perineuronal el cual alcanza a través de la matrix a todo el cuerpo. Lo que explica las razones por las que un impacto emocional tiene repercusiones somáticas y viceversa porque una herida o trauma fisico puede tener repercursiones mentales a largo plazo. Las heridas emocionales se comportarían como una cápsula de alta energia retenida y podrian descargarse a través del sistema nervioso central aprovechando la coherencia del flujo de electricidad entre un número elvado de neuronas paralelas a la porcion piramidal de la corteza somatosensorial que está orientada verticalmente.

Si es cierto que las impresiones traumáticas se instalan en nuestro cuerpo en ese periodo refractario de los pulsos electromagnéticos, un poco antes de que sean reconocidos cognitivamente podemos empezar a intuir que quizá las terapias verbales que tratan de minimizar el impacto del trauma no están bien orientadas y que deben existir mecanismos para disolver estas bolsas de energia de otra forma mas barata y ágil.

La idea de que el trauma se instala gracias a un estado modificado de conciencia previo al trauma mismo es bastante antigua y procede tanto del mesmerismo como de la hipnosis, Moreau de Tours habló de desdoblamiento, Janet de disociación, Breuer de estado hipnoide, Freud de fantasia sexual previa pero todos habían establecido que la potencia del trauma -descontando los estados extremos- no se debia al trauma mismo sino a un estado de conciencia fuere el que fuere que predisponía a la memoria traumática y a los efectos devastadores del trauma mismo.Quiza las terapias del futuro estén mas orientadas hacia la “hora”(la sintonizacion de frecuencias ELF) y menos frente al Logos. Se trataria de aprovechar y de aprender más sobre esos periodos de latencia entre onda y onda para volver a sincronizar el ritmo perdido y aprovechar el efecto arrastre de las pulsaciones fisiologicas para “limpiar” a fondo nuestro organismo.

Bibliografia:

James L. Oschman (2008): La medicina enérgetica: la base cientifica.

Brown, J. W. (1977) : Mind, brain and conciousness:the neuropsychology of cognition.

Beck, R (1986) Mood modificaition with ELF magnetic fields: a preliminary exploration.

domingo, 1 de noviembre de 2009

HUELLA INDELEBLE DE IDIOMAS APRENDIDOS EN LA INFANCIA Y LUEGO OLVIDADOS

Muchos de nosotros aprendemos un idioma extranjero cuando somos jóvenes, pero en algunos casos, la exposición a ese idioma es breve y nunca conseguimos oírlo o practicarlo posteriormente. Nuestra impresión subjetiva es a menudo que un idioma abandonado y olvidado se desvanece por completo de nuestra memoria. ¿Pero realmente se aplica eso de "úselo o piérdalo" a los idiomas extranjeros? Aunque parezca que no recordamos nada en absoluto de un idioma abandonado y olvidado, una nueva investigación sugiere que este idioma "olvidado" puede estar más profundamente grabado en nuestra mente de lo que creemos.

Los psicólogos Jeffrey Bowers, Sven L. Mattys, y Suzanne Gage de la Universidad de Bristol, reclutaron a voluntarios cuya lengua nativa era el inglés, pero que habían aprendido hindi o zulú cuando eran niños y vivían en el extranjero. Los investigadores se concentraron en el hindi y el zulú porque estos idiomas contienen ciertos fonemas que son difíciles de reconocer para las personas cuyo idioma nativo es el inglés. Un fonema es el sonido más pequeño de un idioma; un grupo de fonemas forma una palabra.

Los científicos pidieron a los voluntarios que cumplimentaran un test de vocabulario general para comprobar si esas personas recordaban alguna palabra del idioma abandonado. Entonces entrenaron a los participantes para distinguir entre pares de fonemas que comenzaban palabras del hindi o el zulú.

Lo que sucedió fue que, incluso cuando los voluntarios mostraban no recordar el segundo idioma en la prueba de vocabulario, eran capaces de aprender de nuevo y con rapidez los fonemas pronunciados en el idioma abandonado, así como identificarlos correctamente.

El hallazgo sugiere que exponer a los niños a idiomas extranjeros, incluso cuando no sigan practicándolos, puede tener un efecto positivo duradero sobre la percepción del habla de tales idiomas. Incluso si es olvidado el idioma (o al menos pueda parecerlo), después de muchos años de desuso, los vestigios de la temprana exposición a ese idioma pueden manifestarse como una mejor capacidad para aprenderlo de nuevo.

Scitech News


El color del Universo

Beige / The 2dF Galaxy Redshift Survey

Beige, café manchado, castaño claro, marfil, amarillo tirando a marrón, color carne… Como ampliamente explican en El Sofista, éste sería el color medio del universo si se mezclaran todos los colores de los cielos. Es el resultado de promediar el color de unas 200.000 galaxias examinadas en el proyecto The 2dF Galaxy Redshift Survey.

Además del Ser Humano, Algunos Otros Animales También Poseen Metacognición
30 de Octubre de 2009. Foto: U. BuffaloEl psicólogo J. David Smith de la Universidad de Buffalo, quien ha llevado a cabo estudios extensos sobre la cognición animal, explica que existen cada vez más evidencias de que algunos animales presentan paralelismos funcionales con la metacognición consciente humana, es decir, que poseen la misma habilidad humana de reflexionar sobre sus estados mentales, monitorizarlos o regularlos. Entre estas especies están los delfines y los monos macacos.

Smith ha llegado a esta conclusión después de analizar los resultados de diversos estudios previos, y cree que ya hay evidencias suficientes como para afirmar sin lugar a dudas que algunos animales poseen la citada habilidad, que incluye lo que suele denominarse como "autoconsciencia".

Smith se remite a los resultados de un experimento con un delfín llamado Natua. Cuando no estaba seguro, el delfín claramente dudaba ante las dos posibles respuestas, pero cuando estaba seguro, nadaba hacia su elección de inmediato y a gran velocidad.

Por el contrario, en varios estudios realizados con palomas, éstas no han mostrado tener capacidad metacognitiva alguna. Además, diversos estudios recientes realizados con monos capuchinos han demostrado que estos apenas tienen dicha capacidad.

Estos últimos resultados plantean interrogantes importantes sobre el surgimiento de una mente reflexiva o extendida en el orden de los primates.

Esta nueva área de investigación abre una ventana hacia la capacidad de reflexionar en los animales, lo que podría ayudar a esclarecer el surgimiento filogenético de la misma y permitir a los científicos rastrear los antecedentes de la consciencia humana.

Smith, profesor del Centro de Ciencias Cognitivas y del departamento de psicología en la Universidad de Buffalo, es conocido por sus investigaciones y publicaciones en el campo de la cognición animal.

Tanto él como sus colegas fueron los pioneros en el estudio de la metacognición en los animales no humanos, y han hecho algunos de los descubrimientos más importantes en esta área, incluyendo muchos realizados durante experimentos en los que participaron monos entrenados para utilizar joysticks y efectuar así tareas con un ordenador.

Información adicional en:

Además del Ser Humano, Algunos Otros Animales También Poseen Metacognición
30 de Octubre de 2009. Foto: U. BuffaloEl psicólogo J. David Smith de la Universidad de Buffalo, quien ha llevado a cabo estudios extensos sobre la cognición animal, explica que existen cada vez más evidencias de que algunos animales presentan paralelismos funcionales con la metacognición consciente humana, es decir, que poseen la misma habilidad humana de reflexionar sobre sus estados mentales, monitorizarlos o regularlos. Entre estas especies están los delfines y los monos macacos.

Smith ha llegado a esta conclusión después de analizar los resultados de diversos estudios previos, y cree que ya hay evidencias suficientes como para afirmar sin lugar a dudas que algunos animales poseen la citada habilidad, que incluye lo que suele denominarse como "autoconsciencia".

Smith se remite a los resultados de un experimento con un delfín llamado Natua. Cuando no estaba seguro, el delfín claramente dudaba ante las dos posibles respuestas, pero cuando estaba seguro, nadaba hacia su elección de inmediato y a gran velocidad.

Por el contrario, en varios estudios realizados con palomas, éstas no han mostrado tener capacidad metacognitiva alguna. Además, diversos estudios recientes realizados con monos capuchinos han demostrado que estos apenas tienen dicha capacidad.

Estos últimos resultados plantean interrogantes importantes sobre el surgimiento de una mente reflexiva o extendida en el orden de los primates.

Esta nueva área de investigación abre una ventana hacia la capacidad de reflexionar en los animales, lo que podría ayudar a esclarecer el surgimiento filogenético de la misma y permitir a los científicos rastrear los antecedentes de la consciencia humana.

Smith, profesor del Centro de Ciencias Cognitivas y del departamento de psicología en la Universidad de Buffalo, es conocido por sus investigaciones y publicaciones en el campo de la cognición animal.

Tanto él como sus colegas fueron los pioneros en el estudio de la metacognición en los animales no humanos, y han hecho algunos de los descubrimientos más importantes en esta área, incluyendo muchos realizados durante experimentos en los que participaron monos entrenados para utilizar joysticks y efectuar así tareas con un ordenador.

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