Introducción

Este blog es una herramienta orientada para todo tipo de profesionales de la educación, la psicología y la salud que trabajen con trastornos cognitivos de base orgánica y pretende convertirse en de base orgánica en una herramienta de consulta permanente.

sábado, 26 de febrero de 2011

La biología de los efectos positivos y negativos del miedo

Puntúa la entrada

Desde hace mucho, se sabe que ser consciente de un peligro inminente puede aumentar la habilidad humana de detectar leves cambios en el entorno, ya sean visuales, sonoros o de otro tipo. Por ejemplo, el leve crujido de una hoja seca puede delatar la aproximación sigilosa de un depredador. Pero, por otra parte, también es obvio que el estrés y la ansiedad inducidos por una amenaza pueden afectar de modo negativo nuestra capacidad de pensar con claridad y de llevar a cabo tareas mentales complejas. En un nuevo estudio se ha comprobado de manera detallada el alcance de esta confrontación entre ambos efectos.

Dicha comprobación se ha hecho midiendo los cambios en la actividad eléctrica del cerebro, captados por una densa red de sensores colocados sobre el cuero cabelludo.

El estudio lo ha llevado a cabo el equipo de Alexander Shackman y Richard Davidson, ambos de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Enfrentados a un riesgo, los sujetos de estudio, que se ofrecieron voluntariamente para el mismo, mostraron una mayor actividad en los circuitos cerebrales responsables de captar información visual, pero también un nivel de señal más débil en la circuitería responsable de analizar y valorar esa información. Cuando el riesgo desaparecía (y por lo tanto, el estrés y la ansiedad) el efecto se invertía: El cerebro destinaba menos potencia para la vigilancia, y más potencia para la toma de decisiones estratégicas.

El miedo nos hace más sensibles a nuestro entorno externo como una forma de identificar un peligro potencial y por dónde se acerca, pero interfiere en nuestra capacidad de pensamiento complejo.

En los últimos años, algunos teóricos han defendido la hipótesis de que esta confrontación de capacidades podría reflejar la interacción entre dos sistemas cerebrales que funcionan al mismo tiempo: Uno sería responsable de la detección rápida de los estímulos externos. El otro se ocuparía del proceso más lento de evaluar cuidadosamente esa información entrante. El estrés desbarata el equilibrio entre esos sistemas.

Nuestra habilidad de realizar tareas complejas se ve perturbada precisamente cuando aumenta la cantidad de información que recibimos a través de los ojos y los oídos. Cuando somos conscientes de que estamos en peligro, nuestro cerebro absorbe una mayor cantidad de información sensorial, pero al mismo tiempo experimentamos dificultades para concentrarnos en ese gran caudal de datos.

La confusión resultante favorece las acciones rápidas, irreflexivas, dictadas más por el instinto de supervivencia que por el razonamiento lógico, como por ejemplo echarse a correr al oír ese crujido de una hoja seca. En el pasado de nuestra especie, la evolución sin duda favoreció al nerviosismo incontrolable que empuja a las personas a reaccionar así.

Más información en:

Scitech News

Controlar la tensión arterial mediante estimulación cerebral profunda

Puntúa la entrada

Se ha descubierto lo que podría ser una alternativa quirúrgica a la medicación para controlar la presión arterial persistentemente alta en pacientes que no responden a los medicamentos.

[Img #1366]
(Foto: Bristol U.)
El equipo de la Universidad de Bristol y el Hospital de Frenchay se ha ocupado del caso de un hombre de 55 años al que se le diagnosticó hipertensión arterial cuando sufrió un derrame cerebral. Su presión arterial seguía elevada pese a los intentos por controlarla utilizando medicamentos.

Con el uso de un implante quirúrgico similar al marcapasos en un corazón, el equipo de Nikunj K. Patel ha conseguido controlar el problema de este hombre. El dispositivo envía impulsos eléctricos a su cerebro, en un procedimiento conocido como estimulación cerebral profunda, y la presión arterial se mantiene por debajo de niveles peligrosos.

Se ha verificado que la disminución de la presión arterial es una respuesta a la estimulación cerebral profunda, y no un resultado de cambios en los demás factores que promueven la tensión alta en este individuo.

Aunque la estimulación eléctrica no alivia de manera permanente el dolor de este hombre, los investigadores sí han comprobado que disminuye su presión arterial lo suficiente como para que pueda dejar de tomar los medicamentos para controlarla.

Éste es un hallazgo esperanzador, pues la hipertensión afecta a millones de personas y puede llevar a ataques al corazón y derrames cerebrales, con el agravante de que para aproximadamente una de cada diez personas, la tensión alta no se puede controlar con medicamentos o el paciente no los tolera.

Se necesita investigar más para confirmar estos resultados en un mayor número de personas, pero lo descubierto hasta ahora sugiere que la estimulación puede producir un descenso notable y sostenido de la presión arterial.

Scitech News

Controlar la tensión arterial mediante estimulación cerebral profunda

Puntúa la entrada

Se ha descubierto lo que podría ser una alternativa quirúrgica a la medicación para controlar la presión arterial persistentemente alta en pacientes que no responden a los medicamentos.

[Img #1366]
(Foto: Bristol U.)
El equipo de la Universidad de Bristol y el Hospital de Frenchay se ha ocupado del caso de un hombre de 55 años al que se le diagnosticó hipertensión arterial cuando sufrió un derrame cerebral. Su presión arterial seguía elevada pese a los intentos por controlarla utilizando medicamentos.

Con el uso de un implante quirúrgico similar al marcapasos en un corazón, el equipo de Nikunj K. Patel ha conseguido controlar el problema de este hombre. El dispositivo envía impulsos eléctricos a su cerebro, en un procedimiento conocido como estimulación cerebral profunda, y la presión arterial se mantiene por debajo de niveles peligrosos.

Se ha verificado que la disminución de la presión arterial es una respuesta a la estimulación cerebral profunda, y no un resultado de cambios en los demás factores que promueven la tensión alta en este individuo.

Aunque la estimulación eléctrica no alivia de manera permanente el dolor de este hombre, los investigadores sí han comprobado que disminuye su presión arterial lo suficiente como para que pueda dejar de tomar los medicamentos para controlarla.

Éste es un hallazgo esperanzador, pues la hipertensión afecta a millones de personas y puede llevar a ataques al corazón y derrames cerebrales, con el agravante de que para aproximadamente una de cada diez personas, la tensión alta no se puede controlar con medicamentos o el paciente no los tolera.

Se necesita investigar más para confirmar estos resultados en un mayor número de personas, pero lo descubierto hasta ahora sugiere que la estimulación puede producir un descenso notable y sostenido de la presión arterial.

Scitech News

Controlar la tensión arterial mediante estimulación cerebral profunda

Puntúa la entrada

Se ha descubierto lo que podría ser una alternativa quirúrgica a la medicación para controlar la presión arterial persistentemente alta en pacientes que no responden a los medicamentos.

[Img #1366]
(Foto: Bristol U.)
El equipo de la Universidad de Bristol y el Hospital de Frenchay se ha ocupado del caso de un hombre de 55 años al que se le diagnosticó hipertensión arterial cuando sufrió un derrame cerebral. Su presión arterial seguía elevada pese a los intentos por controlarla utilizando medicamentos.

Con el uso de un implante quirúrgico similar al marcapasos en un corazón, el equipo de Nikunj K. Patel ha conseguido controlar el problema de este hombre. El dispositivo envía impulsos eléctricos a su cerebro, en un procedimiento conocido como estimulación cerebral profunda, y la presión arterial se mantiene por debajo de niveles peligrosos.

Se ha verificado que la disminución de la presión arterial es una respuesta a la estimulación cerebral profunda, y no un resultado de cambios en los demás factores que promueven la tensión alta en este individuo.

Aunque la estimulación eléctrica no alivia de manera permanente el dolor de este hombre, los investigadores sí han comprobado que disminuye su presión arterial lo suficiente como para que pueda dejar de tomar los medicamentos para controlarla.

Éste es un hallazgo esperanzador, pues la hipertensión afecta a millones de personas y puede llevar a ataques al corazón y derrames cerebrales, con el agravante de que para aproximadamente una de cada diez personas, la tensión alta no se puede controlar con medicamentos o el paciente no los tolera.

Se necesita investigar más para confirmar estos resultados en un mayor número de personas, pero lo descubierto hasta ahora sugiere que la estimulación puede producir un descenso notable y sostenido de la presión arterial.

Scitech News

Controlar la tensión arterial mediante estimulación cerebral profunda

Puntúa la entrada

Se ha descubierto lo que podría ser una alternativa quirúrgica a la medicación para controlar la presión arterial persistentemente alta en pacientes que no responden a los medicamentos.

[Img #1366]
(Foto: Bristol U.)
El equipo de la Universidad de Bristol y el Hospital de Frenchay se ha ocupado del caso de un hombre de 55 años al que se le diagnosticó hipertensión arterial cuando sufrió un derrame cerebral. Su presión arterial seguía elevada pese a los intentos por controlarla utilizando medicamentos.

Con el uso de un implante quirúrgico similar al marcapasos en un corazón, el equipo de Nikunj K. Patel ha conseguido controlar el problema de este hombre. El dispositivo envía impulsos eléctricos a su cerebro, en un procedimiento conocido como estimulación cerebral profunda, y la presión arterial se mantiene por debajo de niveles peligrosos.

Se ha verificado que la disminución de la presión arterial es una respuesta a la estimulación cerebral profunda, y no un resultado de cambios en los demás factores que promueven la tensión alta en este individuo.

Aunque la estimulación eléctrica no alivia de manera permanente el dolor de este hombre, los investigadores sí han comprobado que disminuye su presión arterial lo suficiente como para que pueda dejar de tomar los medicamentos para controlarla.

Éste es un hallazgo esperanzador, pues la hipertensión afecta a millones de personas y puede llevar a ataques al corazón y derrames cerebrales, con el agravante de que para aproximadamente una de cada diez personas, la tensión alta no se puede controlar con medicamentos o el paciente no los tolera.

Se necesita investigar más para confirmar estos resultados en un mayor número de personas, pero lo descubierto hasta ahora sugiere que la estimulación puede producir un descenso notable y sostenido de la presión arterial.

Scitech News

Controlar la tensión arterial mediante estimulación cerebral profunda

Puntúa la entrada

Se ha descubierto lo que podría ser una alternativa quirúrgica a la medicación para controlar la presión arterial persistentemente alta en pacientes que no responden a los medicamentos.

[Img #1366]
(Foto: Bristol U.)
El equipo de la Universidad de Bristol y el Hospital de Frenchay se ha ocupado del caso de un hombre de 55 años al que se le diagnosticó hipertensión arterial cuando sufrió un derrame cerebral. Su presión arterial seguía elevada pese a los intentos por controlarla utilizando medicamentos.

Con el uso de un implante quirúrgico similar al marcapasos en un corazón, el equipo de Nikunj K. Patel ha conseguido controlar el problema de este hombre. El dispositivo envía impulsos eléctricos a su cerebro, en un procedimiento conocido como estimulación cerebral profunda, y la presión arterial se mantiene por debajo de niveles peligrosos.

Se ha verificado que la disminución de la presión arterial es una respuesta a la estimulación cerebral profunda, y no un resultado de cambios en los demás factores que promueven la tensión alta en este individuo.

Aunque la estimulación eléctrica no alivia de manera permanente el dolor de este hombre, los investigadores sí han comprobado que disminuye su presión arterial lo suficiente como para que pueda dejar de tomar los medicamentos para controlarla.

Éste es un hallazgo esperanzador, pues la hipertensión afecta a millones de personas y puede llevar a ataques al corazón y derrames cerebrales, con el agravante de que para aproximadamente una de cada diez personas, la tensión alta no se puede controlar con medicamentos o el paciente no los tolera.

Se necesita investigar más para confirmar estos resultados en un mayor número de personas, pero lo descubierto hasta ahora sugiere que la estimulación puede producir un descenso notable y sostenido de la presión arterial.

Scitech News

La paradoja de la depresión sin tristeza

Las personas tienen síntomas físicos y es más común en aquellas que no pueden expresar sentimientos; el riesgo crece con la edad

Suelen ir al médico -generalmente al clínico- con una colección de síntomas físicos molestos: problemas para dormir, cansancio, más o menos apetito que de costumbre (y, en consecuencia, alteraciones de la balanza para arriba o abajo), ausencia de deseo sexual, problemas de concentración, sensación de falta de aire, taquicardia.

Pero? a la pregunta del galeno sobre el estado de ánimo, estos pacientes, casi siempre sonrientes y tranquilos, responden: "Bien, de ánimo bien."

Sin embargo, no están nada bien. Si se profundiza y se hacen algunas preguntas clave, tarde o temprano podrá comprobarse que esa persona pletórica de síntomas que la medicina llama "vegetativos" en realidad está padeciendo una depresión, pero no una depresión cualquiera sino un tipo especial de síndrome depresivo caracterizado paradójicamente por la ausencia de tristeza. Más bien, podría decirse, por la incapacidad de sentir que se está triste, de reconocerse en ese sentimiento.

"Es un problema que estamos estudiando especialmente en adultos mayores, aunque también hemos detectado casos en personas más jóvenes", responde a La Nacion por vía telefónica desde los Estados Unidos el doctor Sergio Paradiso, un italiano nacido en Sicilia que trabaja desde hace varias décadas como profesor asociado de psiquiatría y neurociencias en la Universidad de Iowa, donde en invierno, se lamenta, hace un frío glacial.

Comenta que "son sujetos que ingresan en el consultorio sonriendo y así siguen mientras describen sus síntomas físicos, pero que a la pregunta de si realmente están contentos de vivir, pueden llegar a contestar con un gesto evasivo, admitiendo ante otra pregunta que sí, que a veces creen que tal vez su familia se sentiría mejor si ellos no estuvieran? o que tienen sentimientos de culpa o pensamientos de falta de esperanza en el futuro".

La ideación depresiva está, están los síntomas vegetativos, pero falta el aspecto anímico de la depresión, no existe conciencia de las emociones o de lo que ellas significan. "En el examen psiquiátrico se distingue entre una tristeza que el paciente dice que tiene, algo que en este caso no ocurre, y una tristeza que el paciente no describe, pero que el evaluador ve, que es lo que sucede aquí."

La depresión no disfórica -otra forma de llamar a este trastorno- parece aumentar su frecuencia luego de la quinta década de vida, y aunque no existen muchas estadísticas, se estima que la padece un 5% de la población mayor de 50 años, sin distinción de sexo. En la Argentina, llegaría a poco más de 415.000 personas, según los datos poblacionales disponibles del Indec para 2001.

Pero, según aclara Paradiso, posiblemente exista mayor riesgo de este tipo de síndrome depresivo en personas con una cierta disminución de la capacidad cognitiva.

"En nuestras investigaciones hallamos una relación significativa entre sujetos que tenían depresión no disfórica y peores resultados escolares durante la niñez. ¿Si se relaciona con la inteligencia? En términos generales el desempeño escolar es un buen predictor de la inteligencia en general, incluida la emocional, que uno tendrá cuando adulto", explica el experto, que habla cuatro idiomas, entre ellos el español.

Emociones sin palabras

La pobreza expresiva de quien padece depresión sin tristeza está claramente ligada a la dificultad de comunicación y a la concientización de los propios sentimientos. En esto, admite Paradiso, influyen también condicionantes culturales y estilos de crianza.

"Creemos que hay un problema de alexitimia, una incapacidad de conciencia emocional que está parcialmente conectada con la inteligencia analítica, pero que también tiene aspectos particulares -explica-. Las inteligencias emocional y analítica mediadas a través de la memoria o la atención están conectadas, aunque se suelen citar casos de gente que es muy inteligente y tiene relativamente poca inteligencia emocional."

Para sufrir este tipo de cuadro se necesitan genes que predispongan a la depresión o condiciones de vida como estrés o traumas, junto a una capacidad inferior de conciencia anímica. "Esta conciencia anímica inferior puede estar influida por estilos de crianza: en algunas familias se favorece el ser estoico, no hablar nunca de la propia emoción y no se desarrolla una capacidad verbal de transmisión de los sentimientos. Este aspecto no se puede excluir", propone el investigador.

También existen algunas situaciones que pueden predisponer a la presencia de una depresión no disfórica o sin tristeza.

"Tener lesiones cerebrales, por ejemplo un stroke o ataque cerebral en el hemisferio cerebral derecho, incrementan el riesgo -aclara el especialista-. Puede ocurrir también cuando se ve afectada puntualmente la corteza cingulada anterior, lugar de la conciencia de las emociones. Este deterioro también puede presentarse en otras enfermedades neuropsiquiátricas, como la demencia frontotemporal y el Parkinson, y debido a cambios de esa región cerebral ligados con el envejecimiento, que conlleva una disminución de la capacidad de procesamiento emocional y un grado incrementado de alexitimia."

La depresión no disfórica puede asociarse a comorbilidades, es decir, a otras enfermedades. Pero, a menudo, cuando se ordenan exámenes de rutina para explicar los síntomas físicos que la persona describe (cansancio, disminución o aumento del apetito, falta de concentración, falta de deseo sexual) todo aparece dentro de lo normal. Sin embargo, están deprimidos.

Características únicas

La depresión sin tristeza no tiene nada que ver con la distimia, que es una forma más moderada de depresión a largo trazo, pero donde la persona es totalmente consciente de su sentimiento de tristeza, ni tampoco con la depresión ansiosa, que implica la concientización del problema.

"El depresivo sin tristeza no siente pena ni siente ansiedad -afirma Paradiso-. Ha transferido todo su malestar al cuerpo y no puede expresar ninguna emoción vinculada con lo anímico. Si un médico recibe a un paciente que se queja de síntomas físicos, pero cuyo organismo funciona bien, es un caso para estudiar un poco más. En clínica geriátrica, especialmente, es necesario profundizar para descartar o no la presencia de un cuadro que, de no tratarse, puede extenderse en el tiempo por falta de tratamiento o aumentar el riesgo suicida, presente en todo cuadro depresivo."

El llamado a la intervención puede también venir de los familiares. "Si alguien de pronto tiene problemas para dormir o ha bajado involuntariamente de peso o un esposo cambia su actitud y está cansado, sin ganas de vivir, y los fines de semana ya ni se levanta para mirar fútbol en la tele, se recomienda la consulta", indica el experto.

¿Existe alguna forma de ponernos más a salvo? Paradiso afirma que una clave es no huir de las propias emociones y sentimientos y conocerse mejor anímicamente.

"El problema se puede tratar con medicamentos y psicoterapia. Pero lo primordial es ser conscientes y pedir ayuda. Luego, de una u otra manera, se puede salir adelante porque hay muchas maneras de tratar la depresión", finaliza.

TRES SIGNOS CLAVE

Está relacionada con el nivel de alexitimia, la incapacidad para concientizar las propias emociones y expresarlo verbalmente.

Las personas expresan síntomas y malestares físicos (insomnio, cansancio, exceso o falta de apetito, disminución de la concentración, falta de deseo sexual), pero no se sienten tristes ni ansiosas.

Podría estar asociada con el deterioro de un área del hemisferio cerebral derecho vinculada con el procesamiento de las emociones.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Profundizando en el Estado del Cerebro Durante la Anestesia General

Desde 1846, cuando un dentista de Boston llamado William Morton hizo con éter la primera demostración pública de anestesia general, los científicos han tratado de averiguar lo que ocurre con el cerebro cuando la persona está bajo sus efectos. Aunque se ha aprendido bastante desde entonces, muchos aspectos de la anestesia general siguen siendo un misterio. ¿Cómo interfieren los fármacos anestésicos en las neuronas y en las sustancias químicas del cerebro para producir la profunda pérdida de consciencia y la falta de dolor que son resultados típicos de aplicar anestesia general? Y, ¿en qué difiere exactamente la anestesia general del sueño o del estado de coma?
Bookmark and Share

En un análisis de resultados de estudios, Emery Brown, neurocientífico del MIT y anestesiólogo del Hospital General de Massachusetts, Ralph Lydic, neurocientífico de la Universidad de Michigan y experto en el sueño, y Nicholas Schiff, neurólogo de la Escuela Médica Weill Cornell y experto en el coma, aportan respuestas claras a esas preguntas y establecen un nuevo marco de trabajo para el estudio de la anestesia general, relacionándolo con lo ya conocido sobre el sueño y el coma.

Este enfoque, según Brown, podría ayudar a los investigadores a descubrir nuevas formas de inducir la anestesia general, y mejorar el conocimiento científico sobre estados cerebrales anómalos, como el causado por la drogadicción, o los asociados a la epilepsia y la enfermedad de Parkinson.
La anestesia general no es un simple estado de sueño muy profundo, subraya Brown. Hay similitudes, pero también diferencias, entre la anestesia general, el sueño y el coma.

La anestesia general es un estado reversible inducido por fármacos, y tiene rasgos fisiológicos de conducta muy específicos, siendo los principales la pérdida del conocimiento, una cierta amnesia, la imposibilidad de sentir dolor y la incapacidad para moverse. También es fundamental para su uso médico el que, a las dosis adecuadas, permita la estabilidad de funciones corporales como la respiración, la circulación sanguínea y la regulación de la temperatura.

Usando lecturas de EEG (electroencefalografía), que revelan la actividad eléctrica en el cerebro, Brown y sus colegas demuestran que ni el sueño más profundo lo es tanto como la anestesia general más ligera.

Durante la noche, el cerebro dormido pasa por fases distintas, incluyendo la de Movimientos Oculares Rápidos (REM por sus siglas en inglés), que es cuando solemos soñar. Cada una de estas fases tiene un patrón EEG distintivo. Ninguno de ellos se asemeja al patrón EEG de un cerebro bajo anestesia general. De hecho, el patrón EEG de la anestesia general es más similar al de un cerebro en estado de coma. Por lo tanto, la anestesia general es esencialmente un "coma reversible".

De hecho, los primeros signos clínicos de recuperación de una persona después de la anestesia general (retorno a la respiración normal, recuperación del movimiento corporal y reactivación de la cognición) se asemejan bastante a los que exhibe un paciente cuando sale de un estado de coma, aunque en el caso de la anestesia general todo el proceso es mucho más corto que el de un coma, el cual puede incluso llegar a durar años.

Pese a que la anestesia general se considera un procedimiento clínico de rutina, entraña un cierto riesgo, aunque muy bajo si se usa debidamente. Las estimaciones sobre la mortalidad directamente atribuible a la anestesia son de un fallecimiento por cada 250.000 pacientes. Un ejemplo conocido de muerte por anestesia puede ser el de Michael Jackson, quien, al parecer, falleció por la acción del propofol, que es un anestésico potente.


Información adicional en:

lunes, 7 de febrero de 2011

Los 6 grandes asesinos de la memoria humana



La memoria es una maravilla de la biología humana. Sin ella, no existiría civilización. Sin embargo, como todo proceso fisiológico, el almacenamiento y la recuperación de la información es imperfecta. La memoria es vulnerable a ciertas fuerzas destructivas (o asesinos de la memoria). Y estas muchas veces las causas tú, como reporta Fox News.

Estas 6 cosas –que pueden ser externas e internas-, afectan cualquier área de la memoria: sensorial, a corto plazo o largo plazo.

Asesinos de la memoria

Fumar

Aunque la mayoría no es consciente del hecho, fumar cigarrillos es un asesino de la memoria. Varios estudios han indicado que los fumadores, sobre todo de mediana edad y ancianos, muestran una mayor disminución de la memoria y la capacidad cognoscitiva en general en comparación con los no fumadores.

Es difícil considerar otros factores de estilo de vida de un fumador que pueden interferir con la mente, como la falta de actividad física; sin embargo, la evidencia contra el tabaquismo es bastante convincente. La marihuana también es mala para la memoria, sobre todo si valoras tu memoria a corto plazo.

Es cierto que la nicotina sí mejora ciertas áreas de la memoria a corto plazo (pero solo temporalmente). A largo plazo, el cigarro causa deterioro mental.

Desnutrición

Al igual que cualquier motor bien afinado, tu cerebro necesita combustible, especialmente la glucosa. Si estás corto de combustible, disminuye el poder del cerebro. Sin embargo, para la mayoría, esto no es ninguna sorpresa, ya que todos hemos sentido esa sensación densa y brumosa cuando estamos cansados o con hambre excesiva.

Además de la desnutrición general, se produce un trastorno más grave en aquellos individuos cortos en tiamina (vitamina B1): El síndrome de Korsakoff. Causado con frecuencia por el alcoholismo crónico o la desnutrición, el síndrome de Korsakoff puede conducir a graves episodios de amnesia incluyendo confabulación (una situación donde los recuerdos inventados son considerados como verdaderos debido a las lagunas en la memoria por “los apagones”).

Herpes

El herpes es una de aquellas condiciones de salud o trastornos (como la enfermedad de Alzheimer, derrame cerebral o depresión) que pueden ser verdaderos asesinos de la memoria. Aunque la mayoría de los casos de herpes no te hará olvidar el nombre de tu compañero de trabajo o donde dejaste tus llaves, una forma más grave de la infección conocida como encefalitis del herpes simple puede causar la pérdida severa de la memoria, a veces como una señal de advertencia primero, seguido por una multitud de otros síntomas letales.

La encefalitis causada por el herpes es una inflamación del cerebro, y es una de las infecciones más graves del sistema nervioso central humano. Afortunadamente, estos casos son muy raros. Solo suceden cuando el virus del herpes encuentra su camino hacia el cerebro humano a través de los nervios de la cara.

Tomar en exceso

Si bien no es un secreto grande que una noche de alcohol causa la pérdida de memoria aguda ("perder el conocimiento", como se le conoce, o “borrar cassette”), el consumo excesivo de alcohol, en cambio, afecta la memoria de todos los días en los adultos jóvenes y puede incluso tener un efecto vez mayor en la edad adulta. Aunque es necesario un estudio más profundo para entender completamente los detalles, el mensaje sigue siendo muy claro: Si bebes, que no sea en exceso.

Hipnosis

Las cosas que se hacen bajo hipnosis tienden a ser olvidadas. Es realmente tan simple como eso. Este fenómeno se conoce como amnesia post-hipnótica y se dice que sólo se produce en individuos que están pre-condicionados con la idea de que se olvidará todos los eventos que ocurrirán durante la hipnosis. El efecto, sin embargo, es sólo temporal, y la mayoría de eventos se pueden recuperar una vez que se da una señal específica.

Por el contrario, la hipnosis a veces se puede utilizar para recuperar los recuerdos reprimidos u olvidados en personas que están en necesidad de exponerlos. Algún día, pronto, podría existir la tecnología necesaria para recuperar recuerdos sin la necesidad de la hipnosis.

Eventos estresantes

Todo el fundamento del psicoanálisis se basa en la idea de que cuando algo terrible sucede, la mente arrincona estos recuerdos en huecos inaccesibles. Si bien no se puede negar que los eventos estresantes conducen a la represión de la memoria, la idea de que una memoria reprimida es auténtica tiene enormes implicaciones, en particular las de carácter legal. De hecho, la represión de la memoria está tan disputada que la Asociación Americana de Psicología sostiene que no es posible distinguir un recuerdo reprimido de una memoria falsa sin ningún tipo de evidencia que lo corrobore.