Introducción

Este blog es una herramienta orientada para todo tipo de profesionales de la educación, la psicología y la salud que trabajen con trastornos cognitivos de base orgánica y pretende convertirse en de base orgánica en una herramienta de consulta permanente.

domingo, 9 de octubre de 2011

La gran influencia del índice de masa corporal de la madre sobre el de sus bebés

Los bebés de madres con un mayor índice de masa corporal (IMC) antes del embarazo, están más gordos y tienen más grasa en el hígado. Así lo indican los resultados de una investigación efectuada por especialistas del Imperial College de Londres.

El efecto del índice de masa corporal de la madre sobre la gestación de sus bebés podría predestinarles a tener de por vida un mayor riesgo de sufrir ciertos problemas de salud.

El equipo de Neena Modi, del departamento de medicina del Imperial College de Londres, se valió de escaneos mediante resonancia magnética para evaluar 105 bebés.

Los bebés fueron examinados mientras dormían, y se midió la cantidad de grasa en sus células hepáticas, la cantidad total de grasa en sus cuerpos y su distribución. Modi y sus colegas descubrieron que la grasa en las células hepáticas de los bebés y la grasa total, especialmente en torno al abdomen, aumentaban en consonancia con el índice de masa corporal de sus respectivas madres.

Se sabe que los hijos de madres con obesidad o sobrepeso tienen un mayor riesgo de acumular kilos de más, y de experimentar problemas metabólicos de salud tales como la diabetes tipo 2. Modi y sus colegas sugieren que la correlación que han descubierto entre el índice de masa corporal de las madres y los patrones descritos de acumulación de grasa en sus bebés podría ser una señal de los primeros cambios biológicos que, si se combinan con un estilo de vida poco saludable, pueden conducir a los bebés de las madres con sobrepeso hacia una vida adulta con mala salud.

Esto significa que la prevención de la obesidad debe comenzar en el útero.

Actualmente, casi la mitad de las mujeres en edad fértil del Reino Unido tienen sobrepeso o son obesas.

El índice de masa corporal se calcula dividiendo nuestro peso en kilogramos por el cuadrado de nuestra altura en metros. La Organización Mundial de la Salud clasifica un índice de masa corporal de entre 18,5 y 25 como el peso normal, entre 25 y 30 como sobrepeso y por encima de 30 como obesidad. De las 105 madres examinadas en el estudio, 5 tenían un peso por debajo de lo normal, 69 eran de peso normal, 23 tenían sobrepeso, y 8 eran obesas.
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Los hijos de madres con obesidad o sobrepeso tienen un mayor riesgo de acumular kilos de más. (Foto: ICL)

Los videojuegos pueden mejorar la capacidad visual en adultos con "Ojo Vago"

En una investigación reciente, se ha constatado que jugar con videojuegos ayuda a mejorar la agudeza visual de los adultos que padecen de ambliopía, u "Ojo Vago", como se conoce popularmente. La ambliopía es una disminución anómala de la agudeza visual sin lesión orgánica o patológica que la provoque.

En el estudio, llevado a cabo por el equipo de los doctores Roger Li y Dennis Levi, de la Universidad de California en Berkeley, se ha comprobado que los participantes en los experimentos mejoraron en su agudeza visual y percepción tridimensional después de pasar sólo 40 horas jugando con videojuegos corrientes.

Que se sepa, este estudio es el primero en demostrar que jugar con videojuegos es útil para mejorar la visión borrosa en los adultos que padecen de ambliopía.

Aunque en los niños se puede tratar con éxito la ambliopía mediante terapia de oclusión (poniendo un parche sobre el "ojo bueno" para forzar al cerebro a usar el "ojo vago" y lograr que se acostumbre también a trabajar con éste) hay pocas opciones para los adultos con este trastorno.

En el nuevo estudio, los investigadores usaron un videojuego de acción, que requería que los sujetos dispararan contra objetivos, así como un videojuego que no era de acción, el cual requería que los usuarios construyeran algo. En los experimentos participaron un total de 20 sujetos con ambliopía, con edades de entre 15 y 61 años.

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Jugar con videojuegos ayuda a mejorar la agudeza visual de los adultos que padecen de ambliopía. (Foto: UC Berkeley 
En el primer experimento, 10 participantes jugaron con el videojuego de acción dos horas en cada sesión, durante un mes, alcanzando un total de 40 horas jugadas. En un segundo experimento, otros tres participantes jugaron con el videojuego que no era de acción, durante la misma cantidad de tiempo. Mientras jugaban, los participantes llevaban un parche sobre su ojo bueno.Ambos experimentos tuvieron como resultado un aumento del 30 por ciento en la agudeza visual.


Para verificar que los resultados se debían específicamente a los videojuegos y no eran una simple consecuencia del uso del parche sobre el ojo, los investigadores llevaron a cabo un tercer experimento en el que siete participantes usaron un parche sobre su ojo bueno durante 20 horas, mientras realizaban actividades cotidianas como por ejemplo ver televisión, leer libros y navegar por internet. Después de alcanzar esas 20 horas, no mostraron mejoría en las pruebas de visión. A esos mismos sujetos se les pidió luego que usaran un parche mientras jugaban con videojuegos durante un total de 40 horas. Y cuando se les realizó la prueba de agudeza visual, mostraron el mismo nivel de mejoría que los otros participantes del estudio.

El mecanismo que permite al cerebro refrenar las reacciones impulsivas

La forma en la que el cerebro controla las reacciones impulsivas puede ser muy diferente a como los psicólogos la han concebido durante los últimos 40 años.

Esa es la inesperada conclusión de un estudio realizado por un equipo internacional de neurocientíficos.

El control de los impulsos es un aspecto importante de las funciones ejecutivas del cerebro, las cuales son los procedimientos que usa para controlar su propia actividad. Los problemas con el control de los impulsos son típicos del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y también de enfermedades mentales como la esquizofrenia. En este estudio, los investigadores se propusieron comprender mejor cómo está programado el cerebro para controlar las reacciones impulsivas.

Hay dos tipos de neuronas que controlan el modo en que procesamos lo que vemos, oímos, olemos, saboreamos o tocamos, y el modo en que reaccionamos a ello. Las de una de esas dos clases, las neuronas sensoriales, responden a diferentes tipos de estímulos del entorno. Están conectadas a neuronas motoras, las cuales generan una acción cuando la información que les llega desde las neuronas sensoriales alcanza cierto umbral. El tiempo de respuesta a los estímulos varía considerablemente en función de varios factores. Por ejemplo, cuando la precisión es importante, crecen los tiempos de respuesta. Cuando la velocidad es importante, se acortan los tiempos de respuesta.

Existe una clara evidencia del vínculo existente entre variaciones del tiempo de reacción y ciertos trastornos mentales.

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Palmeri, Logan y Schall. (Foto: Vanderbilt University)

Desde la década de 1970, los científicos han considerado que el cerebro controla estos tiempos de respuesta mediante la modificación del umbral a partir del cual las neuronas motoras generan una acción: Cuando se prefiere una acción rápida, se reduce el umbral, y cuando se necesita una mayor precisión, se aumenta el umbral.

Sin embargo, Jeffrey Schall, Gordon Logan y Thomas Palmeri, los tres de la Universidad Vanderbilt, así como Pierre Pouget del Instituto Nacional francés de Salud e Investigación Médica (INSERM), Leanne Boucher de la Universidad Nova del Sudeste (en Estados Unidos), y Martin Paré de la Queen's University en Ontario, Canadá, han comprobado que esa teoría no es correcta. Ellos han encontrado que las diferencias en el momento en que las neuronas motoras empiezan a acumular la información proveniente de las neuronas sensoriales (y no las diferencias en el umbral) son las que parecen explicar el ajuste en los tiempos de reacción.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La cara oscura de la oxitocina

La oxitocina es una hormona que goza de muy buena prensa, ya que se la conoce, entre otras cosas, por fomentar el apego de las madres hacia sus bebés. Se la considera una hormona de los sentimientos positivos.

Los efectos positivos de la oxitocina son bien conocidos. Los experimentos han demostrado que, en juegos en los que se puede elegir cooperar o no, las personas a las que se les da más oxitocina confían más en sus compañeros de juego.

Los ensayos clínicos han puesto de manifiesto que la oxitocina puede ayudar a las personas con autismo que tienen problemas en situaciones sociales.

Otros estudios también han mostrado que la oxitocina puede aumentar el altruismo, la generosidad y otros comportamientos positivos en la vida social.

Sin embargo, en análisis recientes se ha descubierto que la oxitocina también puede promover emociones negativas. Los autores de un nuevo estudio de revisión de resultados de investigaciones han echado un vistazo a esos otros efectos de la oxitocina.

Adam Guastella y Andrew Kemp, de la Universidad de Sídney en Australia, creen que la oxitocina promueve una gama de emociones bastante más amplia que lo creído hasta ahora, y que ello está regido por parámetros que no tienen por qué ser exclusivos de emociones positivas. Específicamente, la oxitocina también podría aumentar la ira y otras emociones negativas, bajo las circunstancias adecuadas.

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Se sabe que el efecto de la oxitocina (abajo) reduce la actividad cerebral vinculada al miedo, en comparación con el efecto de un placebo (arriba). (Foto: NIMH Genes, Cognition and Psychosis Program)
Esto podría tener repercusiones importantes para los científicos que están estudiando cómo utilizar esta hormona en tratamientos psiquiátricos.

"Si a un criminal convicto con tendencia a ejercer la violencia se le suministrara oxitocina para favorecer su socialización, y el resultado fuese que ello aumentara su agresividad en lugar de mitigarla, las repercusiones serían sin duda muy importantes”, argumenta Kemp.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Réplicas digitales de pacientes para prever cuándo surgirá un problema de salud

Un nuevo y revolucionario sistema de procesamiento informático de información médica y genética en el que ya se ha comenzado a trabajar, podría mejorar o al menos agilizar la atención médica a los pacientes.

El objetivo es crear "pacientes virtuales" (modelos informáticos de personas específicas, centrados en su salud) que podrían llevar a que cada ciudadano tuviera su propia asistencia sanitaria hecha a su medida, gracias a que se tomaría como base su composición genética y fisiológica individual.

Mediante este sistema, los médicos podrían tener un conocimiento instantáneo y profundo de las necesidades de salud de cada paciente, no limitado a su historial médico.

Esto ayudaría a los médicos de cabecera a diagnosticar de forma rápida y correcta enfermedades y problemas de salud. Y, por ejemplo, le ahorraría a un paciente enfrentarse a los efectos secundarios peligrosos de un medicamento que a él, por sus peculiaridades genéticas, no le resulte adecuado aunque sí sea válido para la mayoría de la gente.

Este ambicioso proyecto europeo, de 10 años de duración, conocido como ITFoM, ha movilizado ya a un consorcio de más de 25 instituciones académicas y empresas para iniciar el proceso de ejecución. A medida que avance el proyecto, más socios se enrolarán, hasta el punto de que se prevé que sea uno de los proyectos con más envergadura en colaboración de entidades desde el proyecto Apolo, el que hizo posible para el Ser Humano pisar la Luna.

La primera meta de este proyecto, en el que el equipo de Hans Westerhoff de la Universidad de Manchester tiene un importante papel, es dar a cada médico de cabecera la facultad de utilizar el genoma individual de una persona para obtener información detallada que le ayude a hacer su trabajo en todas las etapas del mismo: el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento.

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El objetivo es crear "pacientes virtuales". (Foto: U. Manchester
 
 El nuevo sistema también permitirá abordar cuestiones como: ¿Qué pasaría si un paciente toma un medicamento determinado?, o ¿Qué pasaría si adopta la costumbre de hacer footing tres veces por semana? Mediante la secuenciación del genoma y la información clínica obtenida, se podrá adaptar el modelo general para satisfacer las demandas particulares de salud de cualquier individuo, incluyendo las derivadas de problemas como las alergias o las malformaciones congénitas.

Cuando crece hueso donde debería crecer músculo

Para cientos de miles de personas, la lesión en un músculo causada por una operación de cirugía o por un accidente como por ejemplo caerse yendo en bicicleta, puede conducir a una inusual pero grave complicación: El crecimiento de tejido óseo donde debería crecer tejido muscular.

Dado que en la comunidad científica no se tenía una idea clara sobre qué causa el crecimiento anormal de hueso, no se podía prescribir ningún tratamiento cuya eficacia estuviera razonablemente garantizada. Esta situación puede haber cambiado ahora.

Una nueva investigación a cargo de especialistas de la Universidad del Noroeste y la Universidad de Pensilvania, ambas en Estados Unidos, muestra que un neuropéptido presente en el cerebro, y conocido como Sustancia P, parece ser capaz de activar la formación de tejido óseo extraesquelético. Bloquear la Sustancia P evita que crezca hueso.

El descubrimiento, verificado en tejidos humanos y animales, identifica por tanto un objetivo molecular para fármacos. Un medicamento que actúe sobre la Sustancia P del modo apropiado, sería capaz de prevenir y tratar el crecimiento anormal de materia ósea, un proceso anómalo que se conoce como osificación heterotópica.

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Radiografía de tórax. (Foto: NCI/NIH
 
 El equipo de Jack Kessler, Lixin Kan y Frederick Kaplan ha comprobado que la cantidad de Sustancia P es notablemente superior en los tejidos con daños recientes de pacientes que tienen la osificación heterotópica más común, así como en los casos provocados por una rara y severa enfermedad genética. En esta enfermedad genética, el tejido conectivo comienza a osificarse y se acaba convirtiendo en hueso.

Hologramas que revelan el funcionamiento interno del cerebro

Lo mismo que hacen falta poderosas herramientas para detectar las galaxias más lejanas, también son necesarias herramientas similares para ver el funcionamiento interno de las diminutas neuronas.


Tomando prestada una técnica de la ciencia de materiales, un equipo de neurobiólogos, psiquiatras, y especialistas en imagen avanzada del EPLF y CHUV de Suiza, han publicado en el Journal of Neuroscience, que ahora se puede observar con Digital Holographic Microscopy (DHM) la actividad neuronal en tiempo real y en tres dimensiones, a un máximo de resolución 50 veces mayor que nunca antes. La aplicación tiene un enorme potencial para poner a prueba nuevos medicamentos para combatir las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Las neuronas tienen diferentes formas y son transparentes. Para observarlas en una placa de Petri, los científicos utilizan tintes fluorescentes que cambian la composición química y pueden sesgar los resultados. Además, esta técnica consume mucho tiempo, con frecuencia daña las células, y sólo permite examinar algunas neuronas a la vez. Sin embargo, estos resultados recientes muestran cómo la DHM pueden superar estas limitaciones.

"La DHM es una aplicación fundamental para el estudio de las neuronas y aporta una serie de ventajas respecto a los microscopios tradicionales", explica Pierre Magistretti del Brain Mind Institute EPFL, y autor principal del artículo. "No es invasiva, permitiendo una observación prolongada de los procesos neuronales, y todo ello sin necesidad de electrodos ni tintes que dañen las células."

Alto miembro del equipo de Pierre Marquet, añade, "La DHM proporciona una información muy valiosa no sólo sobre la forma de las neuronas, sino también sobre su dinámica y actividad, esta técnica crea imágenes navegables en 3D y aumenta la precisión de los 500 nanómetros, de los microscopios tradicionales, a una escala de 10nanómetros.

Una buena forma de entender cómo funciona la DHM es imaginar una gran roca en un mar de ondas perfectamente regulares. Cuando las ondas se deforman alrededor de la roca y salen por el otro lado, transportan información sobre la forma de la roca. Esta información puede extraerse al comparar dichas ondas con otras que no chocan contra la roca, así la imagen de la roca puede ser reconstruida. La DHM se lleva a cabo apuntando un rayo láser de una sola longitud de onda en un objeto, se recoge la distorsión de la onda por el otro lado, y se compara con el haz de referencia. Posteriormente, una computadora reconstruye numéricamente la imagen en 3D del objeto (en este caso, neuronas) mediante un algoritmo desarrollado por los mismos autores. Además, el rayo láser viaja a través de las células transparentes obteniendo una valiosa información sobre su composición interna.

Normalmente, esta técnica se viene aplicando para detectar pequeños defectos en los materiales, Magistretti, junto con Christian Depeursinge, pionero en DHM y profesor del Laboratorio de Fotónica avanzada de EPFL, decidieron utilizarla en neurobiología. En el estudio, su grupo inducía una carga eléctrica en una cultivo de neuronas usando glutamato, un neurotransmisor básico del cerebro. Esta transferencia de carga transporta el agua dentro de las neuronas, y cambios sus propiedades ópticas de una manera que sólo puede detectarse por la DHM. Por lo tanto, esta técnica de precisión permite visualizar la actividad eléctrica de cientos de neuronas simultáneamente, en tiempo real, sin dañarlas con electrodos, que sólo pueden registrar la actividad de unas pocas neuronas a la vez.

Un importante avance para la investigación farmacéutica

Sin la necesidad de introducir colorantes o electrodos, la DHM se puede aplicar para detectar miles de nuevas moléculas farmacológicas. Este avance tiene importantes implicaciones para el descubrimiento de nuevos fármacos que puedan combatir o prevenir enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer, debido a que las nuevas moléculas pueden ser testeadas con mayor rapidez y en mayor número.

"Dada la precisión, velocidad y falta de agresividad de esta técnica, es posible rastrear cambios mínimos en las propiedades de las neuronas, en relación con una test de droga, y permitir una mejor comprensión de lo que está ocurriendo, especialmente en la predicción de la muerte neuronal", comenta Magistretti. "Lo que normalmente nos llevaría unas 12 horas en el laboratorio, ahora podemos hacerlo en 15 ó 30 minutos, disminuyendo considerablemente el tiempo que lleva a los investigadores el saber si un medicamento es eficaz o no."


  • Referencia: EurekAlert.org, 16 agosto 2011, Michael David Mitchell
  • Fuente: Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne .
  • Imagen 1) y 2) de Lyncée Tec .
  • Citation: The Journal of Neuroscience, August 17, 2011 • 31(33):11846 . Título: Determination of Transmembrane Water Fluxes in Neurons Elicited by Glutamate Ionotropic Receptors and by the Cotransporters KCC2 and

La salud se resiente al recordar negativamente el pasado

La vuelta al trabajo después de las vacaciones es para muchos una pesadilla. ¿Mejora la salud recordar el pasado de forma positiva? Una investigación de la Universidad de Granada (UGR) afirma que la actitud de las personas hacia los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida.

“Hemos observado que cuando las personas tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida, y al mismo tiempo, se tiene una actitud pesimista o fatalista respecto de los eventos presentes, se generan mayores problemas en sus relaciones y son estas personas las que presentan los peores indicadores en calidad de salud”, explica a SINC Cristián Oyanadel, investigador de la UGR y coautor del estudio que publica la revista Universitas Psychologica.

Los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 50 individuos (25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años) de una muestra aleatoria. El perfil de orientación temporal se midió aplicando el test denominado Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado en numerosos países –incluido España–. Este test recoge cinco dimensiones que describen actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro.

Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.

“Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud”, apunta el investigador.

Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar.

“Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general”, añade Oyanadel.

Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo y predominantemente orientado al futuro –los dos más extremos– y otro más equilibrado.

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Las personas con percepción negativa del pasado reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo. (Imagen: SINC) 
 
“El perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales. Son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras”.Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.

“Por otro lado, las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado”, concluye Oyanadel.

El envejecimiento del cerebro humano es muy distinto al del chimpancé

A medida que la gente envejece, su cerebro se encoge. Esta alteración del cerebro promueve diversos problemas de salud y enfermedades mentales. Inesperadamente, se ha descubierto que en los parientes vivos más cercanos de los humanos (los chimpancés) ese encogimiento es mucho menor, lo que convierte en un fenómeno único al extremo encogimiento del cerebro humano que se produce con el envejecimiento normal.

Este asombroso hallazgo lo ha hecho el equipo del antropólogo Chet Sherwood (de la Universidad George Washington, en Washington D.C.), que incluye a científicos de otras siete universidades estadounidenses.

Este grupo de antropólogos, neurocientíficos, psicólogos, biólogos y veterinarios usó resonancia magnética por imágenes (MRI) para medir el espacio ocupado por varias estructuras cerebrales en chimpancés y humanos adultos, incluyendo el lóbulo frontal y el hipocampo, un área del cerebro asociada a la memoria de corto plazo y a la de largo plazo.

Los investigadores descubrieron que los chimpancés no muestran una reducción significativa del tamaño, o atrofia, de su cerebro y del de otras estructuras internas a medida que envejecen.

Ya se sabía que los monos macacos, separados de los humanos por 30 millones de años de evolución independiente, no muestran, cuando envejecen, una atrofia cerebral generalizada como la humana. Pero muchos científicos creían que los chimpancés, separados de los humanos por sólo entre 6 y 8 millones de años de evolución independiente, mostrarían un patrón de envejecimiento cerebral mucho más parecido al humano.

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Un chimpancé. (Foto: © 2011 Jupiter Images Corporation) 
 
Sherwood y sus colegas sugieren que una explicación a este fenómeno podría ser que a medida que el Ser Humano desarrolló la capacidad de vivir más años que el chimpancé, el resultado fue un alto grado de degeneración cerebral a medida que se envejece. En consecuencia, los humanos somos únicos entre los animales al ser susceptibles a ciertas neuropatologías, tales como la enfermedad de Alzheimer, en las últimas etapas de la vida. Incluso sin la aparición de una enfermedad propiamente dicha, el envejecimiento normal y sano en los humanos se caracteriza por diversos grados de deterioro neuronal y cognitivo.

A mayor masa muscular, menor riesgo de diabetes tipo 2

  Ha mayor masa muscular, y no sólo menos grasa corporal, es fundamental para reducir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, según sugieren los resultados de una nueva investigación.

El equipo de la Dra. Preethi Srikanthan, profesora de medicina en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), cree que hay una correlación entre una mayor masa muscular, respecto al tamaño del cuerpo, y un riesgo significativamente menor de desarrollar los cambios metabólicos que conducen a la diabetes.

Los resultados de su estudio sugieren que en vez de centrarlo todo en la pérdida de peso para mejorar la salud metabólica, se debería dirigir la atención también hacia el objetivo de mantener en buena forma el cuerpo, mediante la actividad física, y también hacia el de aumentar la masa muscular.

Esto podría dar un rayo de esperanza a muchas personas con sobrepeso cuya salud ya está sufriendo los efectos de esos kilos de más y que experimentan dificultades para perder peso, ya que aumentar su masa muscular mediante el ejercicio físico podría ser una vía alternativa de mejorar su salud.

En la investigación, se trabajó con los datos sobre 13.644 adultos, entre quienes no figuraban mujeres embarazadas. Todas las personas tenían un índice de masa corporal de por lo menos 16,5. Había también individuos que representaban al espectro entero de niveles de masa muscular. La idea era comprobar si hay una correlación entre niveles de masa muscular y niveles de resistencia a la insulina, un parámetro vinculado al grado de riesgo de desarrollar diabetes.

Considerando la edad, etnia, género, grado de obesidad generalizada (IMC alto) y grado de obesidad central (cintura grande), la Dra. Srikanthan y sus colaboradores han constatado que por cada aumento del 10 por ciento en el índice de masa muscular esquelética (la proporción entre la masa muscular y el peso corporal) había una reducción del 11 por ciento en la resistencia a la insulina, y una reducción del 12 por ciento en la incidencia de la prediabetes, una alteración que se caracteriza por niveles de glucosa en sangre superiores a lo normal.

domingo, 28 de agosto de 2011

Una mayor dificultad para formar frases complejas al hablar puede ser un preámbulo al Mal de Alzheimer


Tener problemas para encontrar la palabra correcta al hablar es un conocido efecto asociado al envejecimiento normal. Sin embargo, en un nuevo estudio se ha descubierto que a los ancianos con síntomas tempranos de la enfermedad de Alzheimer no sólo les puede resultar difícil encontrar las palabras precisas, sino también construir frases complejas.

Estos problemas del lenguaje pueden dificultar la comunicación cotidiana y ser un indicador precoz de la enfermedad de Alzheimer u otros trastornos cognitivos.

Varias investigaciones han planteado la posibilidad de que las manifestaciones tempranas de la enfermedad de Alzheimer puedan estar asociadas con el deterioro del lenguaje escrito. De hecho, un estudio del University College de Londres corroboró ese fenómeno en la última novela de la escritora Iris Murdoch, elaborada antes de que le apareciesen los primeros síntomas del mal de Alzheimer. El efecto era sutil, y sólo se pudo percibir comparando, a través de análisis detallados, su última novela con las anteriores. La estructura de esa novela y otros elementos no presentan diferencias significativas con respecto a otras, pero en cambio el lenguaje usado es más simple.

El equipo de Barbara Lust, profesora de desarrollo humano y directora del Laboratorio de Adquisición del Lenguaje en la Universidad de Cornell, la neuropsicóloga Janet Cohen Sherman del Hospital General de Massachusetts, y la profesora Suzanne Flynn del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), está siguiendo una línea de investigación parecida a la de aquel estudio, pero centrada en el lenguaje hablado, concretamente en la capacidad de la persona para construir frases.

Hasta el momento, Lust y sus colegas han puesto a prueba a 40 participantes, y piensan estudiar a más.

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Una de las placas que se forman en el cerebro con la enfermedad de Alzheimer. (Foto: National Institute on Aging / National Institutes of Health)

Los resultados preliminares muestran que el declive de las habilidades lingüísticas puede presentarse de manera independiente al declive de diversas capacidades cognitivas, como por ejemplo, la memoria. En concreto, las personas con un deterioro cognitivo leve no sólo se topan con dificultades de vocabulario (por ejemplo, al intentar encontrar la palabra precisa), sino también con dificultades para formar ciertos tipos de frases complejas.

Los resultados de esta investigación pueden ayudar a desentrañar algunos de los entresijos del proceso de deterioro de las habilidades lingüísticas, y también conducir a técnicas con las que lograr un diagnóstico precoz para las personas en riesgo de sufrir un declive cognitivo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La drogadicción puede usar la misma vía neural que la apetencia ancestral por la sal

En una investigación, se ha llegado a la conclusión de que las drogas adictivas pueden estar valiéndose de las mismas neuronas y conexiones cerebrales que sirven a un apetito antiguo y potente: el de comer cosas saladas.

Los seres humanos necesitamos sal (cloruro de sodio), para regular el agua en el cuerpo, transportar nutrientes, transmitir impulsos nerviosos o contraer los músculos, entre otras cosas. Un humano adulto contiene, en promedio, cerca de 250 gramos de sal. Ésta se pierde constantemente a través del sudor y de la orina, y se restituye con la dieta.

La sal es muy común ahora, fácil de obtener y barata, lo que ha hecho que muchas personas la consuman en exceso. Sin embargo, desde el amanecer de la civilización, y hasta hace no mucho más de un centenar de años, era uno de los productos alimentarios más buscados. En el sur de África, donde aparecieron los primeros seres humanos, la sal disponible era limitada, y rápidamente perdida a través del sudor. Las personas con una mejor capacidad metabólica de retener sal pudieron tener una ventaja significativa frente a otras para sobrevivir.

Un nuevo estudio, sobre roedores, hecho por el equipo de Wolfgang Liedtke de la Universidad Duke, en Estados Unidos, y Derek Denton de la Universidad de Melbourne, en Australia, muestra cómo ciertos genes están regulados en una parte del cerebro que controla el equilibrio de la sal, el del agua, el energético, la reproducción sexual, y otras funciones o parámetros: el hipotálamo.

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Mina de sal. (Foto: NASA) 
 
Estos científicos han descubierto que los grupos de genes activados mediante la estimulación de un comportamiento instintivo, el apetito por la sal, son los mismos grupos de genes regulados por la adicción a drogas como la cocaína o la heroína.Lo descubierto en este estudio tendrá importantes repercusiones médicas, y podría conducir hacia un nuevo modo de ver las adicciones, y también servir para atar algunos cabos sobre el impulso irresistible que las personas obesas tienen de comer productos ricos en grasas pero que también suelen contener mucha sal.

sábado, 20 de agosto de 2011

Crean un molde para nuevas piezas del puzzle neuronal

Las enfermedades del sistema nervioso (como el parkinson o la lesión medular post-traumática) son especialmente difíciles de tratar, ya que no es fácil reemplazar las piezas del puzzle neural que han resultado dañadas. La clave está en desarrollar neuronas funcionales a partir de células tratadas in vitro, pero para ello es imprescindible que el soporte sobre el que se tratan dichas células simule las características del sistema nervioso.

Esto es lo que ha hecho Patricia García, bioquímica licenciada en la UPV/EHU e investigadora del instituto Biodonostia. García ha desarrollado y validado un soporte polimérico capaz de inducir la diferenciación neuronal in vitro, en una investigación llevada a cabo en la Unidad de Salud de Tecnalia.

García ha desarrollado un material polimérico que contiene las características topográficas y bioquímicas adecuadas para convertir ciertas células en neuronas funcionales. Con este propósito, ha combinado técnicas de fotolitografía y de tecnología de matrices extracelulares neurales. La fotolitografía consiste en una serie de tratamientos a base de exposición de luz y sustancias químicas, y ha servido para dar al soporte la forma topográfica deseada.

En cuanto a la matriz extracelular neural, es el sustrato natural al que se adhieren las células para ser guiadas y adquirir funcionalidad neuronal, y permite la formación de nuevo tejido trasplantable en el sistema nervioso. García ha simulado las propiedades de dicha matriz en el soporte desarrollado.

En la fase de validación, este material polimérico ha demostrado ser biocompatible con el sistema nervioso. Asimismo, sirve para inducir la formación de neuronas lo suficientemente desarrolladas para poder ser utilizadas terapéuticamente, siempre y cuando la inducción se haga a partir de células de origen neural (las pruebas con células de origen no neural han derivado en neuronas inmaduras, en el mejor de los casos).

García ha realizado validaciones con la línea celular establecida de rata PC12 (se usa en numerosos ensayos de diferenciación neuronal) y con cultivos primarios de células de diferentes orígenes extraídas de ratas. Concretamente, en el caso de las validaciones con PC12, la biocompatibilidad y la capacidad de diferenciación neuronal y dopaminérgica (la dopamina cumple funciones neurotransmisoras) del soporte desarrollado han quedado claramente demostradas.

En cuanto a los cultivos primarios, García ha realizado las primeras pruebas con células de hipocampo de rata embrionaria. Se trata de células no solo de origen neural, sino ya determinadas al linaje neuronal en estadios de desarrollo tan tempranos como el embrionario. Dichas células se han diferenciado sobre la matriz desarrollada de una manera más eficiente que en las condiciones clásicas de cultivo, obteniendo neuronas maduras en tan solo ocho días de cultivo.

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Células de la zona subventricular diferenciadas en la matriz desarrollada. (Imagen: GFAP/MAP2/Hoechst)



El segundo cultivo primario validado en esta matriz ha sido el de células precursoras neurales (células en la fase anterior a convertirse en neurona) de la zona cerebral subventricular de rata neonata. Los resultados muestran capacidad de diferenciación neuronal dopaminérgica en menos de 30 días de cultivo. Además, se observa una extensa red de células gliales entre la matriz y las neuronas, cuya función es dar soporte trófico y señalizador a las neuronas en desarrollo.

El último intento de validación en cultivo primario se ha realizado con células de origen no neural. Se trata de células precursoras derivadas de la piel de rata adulta, ya que han sido descritas en la literatura como una fuente importante de células precursoras neurales. Sin embargo, en este caso, las células permanecen indiferenciadas sobre la matriz desarrollada, y solo se ha obtenido un bajo porcentaje de neuronas inmaduras. (Fuente: UPV/EHU)

lunes, 15 de agosto de 2011

La urbe no le sienta bien al cerebro

Vivir en una ciudad no es malo pero favorece la enfermedad mental - Los investigadores buscan el porqué y llaman a los urbanistas a no olvidarlo


Que vivir en la ciudad aumenta significativamente el riesgo de padecer depresión, ansiedad y sobre todo esquizofrenia se sabe hace décadas, y el vínculo es tan claro que los expertos aceptan que debe de haber una relación causal: en la vida urbana hay algo que no le sienta bien al cerebro humano. La cuestión es encontrar qué. Los culpables se buscan hace años: estrés, falta de apoyo social, mayor consumo de drogas... incluso un virus. Aún no hay una respuesta. La última pista llega de la neurociencia: un grupo de investigadores ha descubierto que el cerebro de quienes han crecido entre edificios reacciona de forma distinta al estrés social.

Las estadísticas apuntan al hábitat urbano, así sin más, como uno de los principales factores de riesgo para la esquizofrenia. Y el fenómeno debería ser tenido en cuenta -opinan los expertos- de cara a la planificación urbana de las megaciudades. Hoy en día las 500 ciudades de entre uno y 10 millones de habitantes que hay en el planeta albergan a más de la mitad de la población mundial, unos 3.300 millones de personas, y Naciones Unidas estima que hacia 2050 el porcentaje llegará al 70%.

Las primeras evidencias de que los habitantes de las ciudades sufren más esquizofrenia datan de los años cuarenta. Desde entonces no han dejado de explorarse hipótesis, peinando las estadísticas en busca de asociaciones que ayuden a enfocar el problema. Pero sigue faltando "el elemento clave para pasar de una mera asociación a un vínculo causal: el de un mecanismo plausible que describa las vías entre la exposición y la aparición de los síntomas psicóticos", dice Jim Van Os, del departamento de Psiquiatría y Neuropsicología de la Universidad de Maastricht (Holanda) y uno de los principales estudiosos en el área.

Se sabe ya que los sospechosos a los que apuntaría la intuición, aunque tal vez tengan un papel, no son los únicos culpables. Factores como pertenecer a una minoría, contar con una mayor o menor red social, el acceso a los servicios médicos y sociales o un mayor consumo de drogas han sido restados de la variable vida urbana, y el resultado es que vivir en la ciudad sigue sobresaliendo como factor de riesgo. Tampoco influyen cuestiones como malas condiciones prenatales o un parto complicado, ni la posición socioeconómica. Y la idea de que el culpable sea un virus es poco probable: los hogares con muchos miembros -en los que un hipotético contagio sería más probable- no son "un factor de riesgo para la esquizofrenia", dice Van Os.

¿Y si el culpable fuera el estrés? Se admite que los sucesos estresantes son un desencadenante de los trastornos de tipo psicótico, como la esquizofrenia. Y ese ha sido el punto de partida para los primeros neurocientíficos en abordar el misterio de las ciudades y la salud mental.

Andreas Meyer-Lindenberg, del Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, se propuso escanear el cerebro de voluntarios procedentes de entornos rurales y urbanos en situaciones de estrés social. Diseñó un curioso experimento: mientras 32 estudiantes resolvían problemas aritméticos complejos, los experimentadores los estresaban con comentarios negativos y actitudes reprobatorias. "Les decíamos que sus resultados estaban siendo inferiores a la media, y les sugeríamos con impaciencia que se dieran un poco más de prisa...", ha contado Meyer-Lindenberg en Nature.

De entre las áreas cerebrales que se activaban durante la prueba, dos variaban en función de la procedencia urbana o rural de los voluntarios. La amígdala, un área clave en el procesado de las emociones, se activó exclusivamente en quienes vivían en ciudades en el momento de la prueba. El córtex cingulado -la región PACC-, que contribuye a regular la amígdala y a procesar emociones negativas, se activó más intensamente en quienes crecieron en ciudades. Los investigadores detectaron variaciones incluso según el tiempo transcurrido en la ciudad durante la infancia, y según el tamaño de la ciudad en cuestión.

La asociación aparecía tan clara que Meyer-Lindenberg desconfió y repitió el experimento con más voluntarios, teniendo en cuenta factores como -entre otros- edad, nivel educativo, ingresos, situación familiar, estado de salud, personalidad y estado de ánimo. Pero "ninguno de ellos alteraba el efecto de la urbanicidad, lo que sugiere que vivir en un ambiente urbano cambia la respuesta del cerebro en situaciones de estrés social, por un mecanismo claro aunque misterioso", escriben en un comentario en la misma revista Daniel P. Kennedy y Ralph Adolphs, del Instituto Tecnológico de California.

"Mucha gente especulaba con que el problema tenía que ver con entornos sociales, pero no había ninguna evidencia directa", ha comentado Meyer-Lindenberg a Nature. "Este es el primer mecanismo que relaciona las ciudades con la salud mental por vía del estrés".

Para Van Os se trata de "un interesante primer paso". Kristina Sundquist, de la Universidad de Lund, también dice que "los hallazgos son importantes", aunque no definitivos. Sundquist publicó en 2004 los resultados de un seguimiento a todos los suecos de entre 25 y 64 años tras su primer ingreso hospitalario por psicosis o depresión. "La incidencia aumenta con el grado de urbanización", escribe en The British Journal of Psichiatry; los habitantes de las áreas más densamente pobladas "tenían un riesgo entre un 68% y un 77% mayor de desarrollar psicosis, y entre un 12% y un 20% mayor de desarrollar depresión".

Ningún investigador defiende, no obstante, que sea malo vivir en las ciudades. En realidad es al contrario. Históricamente "la urbanización va asociada a un descenso en la mortalidad", y a que la mayor carga de enfermedad se deba a las dolencias crónicas de los mayores en vez de a las infantiles, escribía en Science en 2008 el epidemiólogo de la OMS Chistopher Dye. "Los habitantes de las ciudades, de media, disfrutan de mejores condiciones de salud que los de áreas rurales", dice Dye, y esto es así incluso considerando las grandes diferencias entre las ciudades de países ricos y pobres, y también dentro de la misma ciudad -las cifras son distintas en una ciudad de América Latina y una europea, pero también en los suburbios y el centro de Río de Janeiro, por ejemplo-.

Sin embargo, no siempre fue así. La mejor salud urbana es un triunfo ganado a pulso a base de mejoras higiénicas y sanitarias a mediados del siglo XIX, entre ellas la instalación de alcantarillado y el transporte de agua potable a los hogares. Y lo que temen Dye y otros expertos es que si el crecimiento urbano actual no se planifica, las futuras megaciudades podrían recordar al Londres o París de hace apenas siglo y medio.

"En la Europa del 1800 solo entre el 10% y el 15% de la población vivía en las ciudades, en parte por las atroces condiciones de vida", escribe Dye. "El cólera, la disentería, la viruela, la tuberculosis, el tifus y otras infecciones, agravadas por la desnutrición, hacían que las muertes, especialmente de los niños de menos de un año, superaran a los nacimientos".

Y la planificación del crecimiento urbano debería tener en cuenta también la salud mental, opina Sundquist: "Es importante que los expertos en urbanismo sepan más sobre los mecanismos específicos que actúan sobre la salud mental, y esto podemos proporcionarlo los investigadores". Ella coincide con Van Os en que hay que estudiar más el papel de factores como el soporte social y el grado de estrés cotidiano, y profundizar en las diferencias entre estilos de vida dentro de la propia ciudad. No es lo mismo, suponen, un entorno urbano con muchas zonas verdes que una zona industrial.

José Fariña Tojo, del departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, admite la relación entre vida urbana y salud mental, y coincide en la necesidad de identificar el mecanismo subyacente: "Para planificar adecuadamente deberíamos saber cosas en este campo que todavía desconocemos". Director de un curso sobre Planificación Urbana Saludable de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Menorca en septiembre, y colaborador de la Red Española de Ciudades Saludables, Tojo cree que "los planificadores urbanos se han dormido un poco en los laureles" y no están considerando los nuevos retos: "Por supuesto se tiene en cuenta la contaminación del aire o el ruido. Pero también hay temas nuevos, como el estrés, el hecho de que se vaya a una sociedad de mayores, la necesidad del ejercicio físico o la de estar en un entorno con un cierto grado de naturaleza".

Ana Dolado, del estudio Araujo-Dolado Arquitectos, reflexiona sobre lo que considera un exceso de estímulos en el espacio urbano actual: "La ciudad es un soporte que cambia a una velocidad difícil de procesar. La gente reconoce el entorno pero no se identifica con él. El ritmo es tal que a los habitantes no les da tiempo a establecer vínculos con su espacio".

Conviene no dejarse llevar por ese ritmo frenético, dice Enrique Baca, jefe del servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz. Y recuerda que, incluso en el entorno social urbano actual, "cada vez más exigente con el individuo" y que "cambia más rápido que nunca" -por ejemplo, con nuevas formas de comunicación instantánea y horarios laborales distintos a los tradicionales-, "hay elementos culturales protectores de la salud mental". Resume uno de ellos: "En vez de pasarte cuatro horas en Facebook, queda con un amigo a tomar una caña".

domingo, 14 de agosto de 2011

Identifican las señales que coordinan la formación del sistema nervioso periférico durante el desarrollo embrionario

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han determinado las señales clave para la coordinación de la formación del sistema nervioso central y periférico durante el desarrollo embrionario. La comunicación y coordinación de tejidos y órganos vecinos y, en particular, entre el sistema nervioso periférico y el sistema nervioso central (representado por la médula espinal y el cerebro) son fundamentales ya que permiten el establecimiento de estrechas relaciones funcionales tanto durante su formación como en el individuo adulto.

El tejido nervioso periférico se genera a partir de una población de células (llamadas células de la cresta neural) que se forman en el tubo neural embrionario (origen de la médula espinal y el cerebro) y que emigran de manera progresiva abandonando el tubo y colonizando tejidos y órganos periféricos.

El trabajo, realizado por el grupo de Aixa Morales y Ruth Diez del Corral, ambas del Instituto Cajal del CSIC, ha demostrado cuáles son las señales moleculares que permiten el desarrollo coordinado y continuo de las células neurales de la médula espinal y las del sistema nervioso periférico durante el progresivo crecimiento del embrión.

“Estas señales son el ácido retinoico (forma activa de la vitamina A) y el FGF (Fibroblast Growth Factor, en sus siglas en inglés) y controlan específicamente el momento correcto de la salida de las células de la cresta neural del tubo neural”, destaca Morales.

Este estudio permite conocer mejor los mecanismos moleculares que controlan el proceso de transición epitelio–mesénquima, que ocurre no sólo durante el desarrollo si no también en procesos patológicos como la metástasis tumoral.

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Embrión de pollo durante el desarrollo embrionario. En morado destacan las células de cresta neural. (Imagen: Aixa Morales-CSIC)

“Por otro lado, este estudio permitirá explorar las bases moleculares de trastornos severos del desarrollo embrionario humano que cursan con fallos en la formación del sistema nervioso periférico como en el caso del megacolon aganglionar y otras neurocristopatías (enfermedades debidas a fallos en el desarrollo de la cresta neural)”, destacan las investigadoras del CSIC. (Fuente: CSIC)

Los límites del cerebro: por qué no podemos ser más inteligentes



¿Tiene nuestro cerebro un límite físico? Millones de años de evolución han refinado tanto los procesos y conexiones neuronales que, en opinión de algunos expertos, resultan difícilmente mejorables. En un artículo publicado en Scientific American, el periodista Douglas Fox se plantea cuáles serían los principales problemas si abordáramos la mejora de nuestra inteligencia desde el punto de vista de la física y la ingeniería.

Las leyes de la termodinámica no hacen excepciones, tampoco con nuestro cerebro. Éste es el punto de partida para los científicos consultados por Douglas Fox para su artículo en la revista Scientific American, en el que se plantea si estamos cerca de "los límites de la inteligencia". ¿Podríamos tener un cerebro más grande, rápido y eficiente? Una aproximación intuitiva nos lleva a pensar que necesitamos más neuronas, más conexiones y, por tanto un mayor tamaño. Lo que nos muestran la experiencia y los estudios sobre la materia es que un cerebro más grande no equivale necesariamente a más inteligencia. El cerebro de una vaca, por ejemplo, es considerablemente más grande que el de un ratón y las diferencias no son proporcionales.

Para medir la relación entre el encéfalo y la masa corporal, los científicos utilizan el denominado "cociente de encefalización". Partiendo de esta base, un cerebro más grande proporciona ventajas cognitivas siempre y cuando tengamos en cuenta su relación con el tamaño del cuerpo, y el ser humano está en la parte alta de la pirámide. Pero esto no significa que aumentar indefinidamente el tamaño proporcione ventajas sin límite, puesto que nos encontramos con otras barreras, como el consumo energético o el tamaño y distancia entre las conexiones.

A medida que el cerebro aumenta, por ejemplo, se producen una serie de cambios sutiles en la propia estructura del cerebro. Las neuronas aumentan de tamaño y pueden conectarse con más compañeras. Pero este crecimiento aumenta a su vez la distancia entre neuronas, lo que significa que las conexiones deben ser más largas y la señal tarda más tiempo en viajar de un lugar a otro. ¿Cómo hacer que la señal viaje más rápido entre neuronas? La única contrapartida es aumentar el grosor de las conexiones, pero en este caso multiplica el consumo de energía, con lo que el sistema vuelve a hacerse ineficiente. Por otro lado, cuando aumenta el tejido cortical, la materia blanca - los axones- crece muchísimo más que la materia gris - que contiene el núcleo de las neuronas -, de modo que el tamaño del cerebro crecería exponencialmente.

En el caso de los primates superiores, incluidos los humanos, determinadas estructuras cerebrales han alcanzado cierto grado de optimización. La densidad de neuronas en nuestra corteza cerebral es considerablemente mayor que el de otras especies de mamíferos. Si seguimos la escala en la que aumenta el cerebro en los roedores, por ejemplo, un ratón que tuviera que alcanzar la cifra de 100.000 millones de neuronas (nuestro kilo y medio de masa encefálica) desarrollaría un cerebro de 45 kilos de peso.

Si aumentar el número de neuronas y de conexiones consume más energía, la solución podría venir entonces de cierto grado de "miniaturización" de los procesos. Desarrollar cerebros más densos, neuronas y conexiones más finas que consuman menos energía. Pero en este terreno encontramos otro límite físico, el mismo que se encuentran los ingenieros en el desarrollo de transistores: los canales iónicos de las neuronas parecen haberse reducido tanto como es posible, a partir de cierta reducción los niveles de ruido en la señal son demasiado grandes y las neuronas se disparan cuando no deben.

"De alguna manera", asegura el neurocientífico computacional Jan Karbowski en SciAm, "los cerebros deben optimizar numerosos parámetros simultáneamente, y debe haber algunas contrapartidas. Si quieres mejorar algo, estás fastidiando cualquier otra cosa". Si el cerebro humano se hace más grande tendrá problemas de consumo de energía, disipación del calor y de eficiencia. Desde luego, a pesar de lo que apunta el artículo, pensar en el límite evolutivo de algo resulta un poco ingenuo en términos biológicos. Cualquier estructura es susceptible de mejoras y cambios desde el punto de vista evolutivo, aunque nuestros conocimientos sobre física nos hagan más difícil imaginar cómo va a suceder.

sábado, 6 de agosto de 2011

La uva protege de la radiación ultravioleta

Algunos compuestos de la uva ayudan a las células de la piel a protegerse frente a la radiación ultravioleta del Sol, según un estudio de investigadores de la Universidad de Barcelona y del CSIC. El trabajo apoya el uso de las uvas o sus derivados en los protectores solares.

La principal causa ambiental de las enfermedades cutáneas son los rayos ultravioleta (UV) solares, que provocan la aparición de células malignas en la piel, quemaduras y eritema solar, así como envejecimiento prematuro de la dermis y epidermis. Ahora, un estudio español ha probado que algunas sustancias de la uva pueden reducir el daño celular en la piel expuesta a esta radiación.

Los rayos UV actúan sobre la piel activando ‘especies reactivas de oxígeno’ (ERO). Estos compuestos, a su vez, oxidan macromoléculas como lípidos y ADN, y disparan determinadas reacciones y enzimas (JNK y p38MAPK) que inducen la muerte celular.

Un grupo de científicos de la Universidad de Barcelona y del CSIC han demostrado que algunas sustancias polifenólicas extraídas de la uva (flavanoles) pueden reducir la formación de las ERO en células epidérmicas humanas a las que se ha expuesto a radiación ultravioleta de onda larga (UVA) y media (UVB). El estudio, realizado in vitro en el laboratorio, se publica en el Journal of Agricultural and Food Chemistry.

“Estas fracciones polifenólicas inhiben la generación de las ERO y, por tanto, también la consecuente activación de las enzimas JNK y p38, por lo que ejercen un efecto protector frente a la radiación ultravioleta del Sol”, destaca a SINC Marta Cascante, bioquímica de la Universidad de Barcelona y directora del trabajo.
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(Foto: Olmo Calvo/SINC) 
 
Los investigadores han detectado que la capacidad fotoprotectora de los flavanoles es mayor cuando presentan un mayor grado de polimerización y galoización (formación de compuestos con ácido gálico).
 
El estudio señala que estos resultados “alentadores” los debe tener en cuenta la farmacología clínica que trabaja con extractos polifenólicos de origen vegetal para el desarrollo de nuevos agentes de fotoprotección cutánea.En la actualidad ya se comercializan cosméticos y fármacos con compuestos de uva, pero hasta ahora no se conoce bien cómo actúan en las células. “Este trabajo apoya el uso de estos productos para proteger la piel del daño y la muerte celular originados por la radiación solar, además de aportar conocimiento sobre su mecanismo de actuación”, concluye Cascante. (Fuente: SINC)

Un año aprendiendo matemáticas cambia de manera notable el funcionamiento del cerebro

Se ha demostrado que un solo año de lecciones de matemáticas está asociado a cambios grandes e inesperados en la forma en que el cerebro enfoca la solución de problemas, y estos cambios se pueden detectar en los escaneos cerebrales de niños de segundo curso y de tercero.

El hallazgo es el resultado más nuevo en la línea de investigación seguida por el equipo de Vinod Menon, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento, así como de neurología, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.

Menon y sus colaboradores están profundizando en los entresijos de cómo los niños desarrollan habilidades para resolver problemas, con el fin de encontrar mejores métodos de enseñanza para los niños que tienen dificultades en aprender matemáticas.

El último estudio del equipo de Menon es el primero en abordar la cuestión de cómo un año de clases de matemáticas elementales cambia el funcionamiento del cerebro en algunos aspectos.

La investigación demuestra que después del tercer curso, enfrentarse a los problemas aritméticos requiere de nuevos e inesperados patrones de comunicación neuronal entre regiones del cerebro implicadas en el pensamiento numérico y la memoria de trabajo.

La sorpresa es que se aprecian cambios cerebrales significativos en tan sólo un año, tal como subraya Menon.

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(Imagen: NCYT/JMC) 
 
El hallazgo pudo hacerse gracias, en parte, al periodo de tiempo escogido. El estudio se centró en los cambios cerebrales acaecidos durante un intervalo de un año, entre el segundo curso y el tercero, en vez de estar orientado a analizar los cambios en el desarrollo que se producen desde la etapa infantil hasta la adolescencia, o desde ésta hasta la edad adulta, como suele ser lo habitual en investigaciones sobre el desarrollo mental.
 
A pesar de las muchas diferencias individuales, un año de escolarización tiene, como promedio, el impacto principal, o uno de los principales, sobre las habilidades mentales y el funcionamiento del cerebro.

El estudio revela que existen diferencias, respecto al modo de trabajar del cerebro, de un año al siguiente. No se trata tanto de cambios estructurales, sino de cambios en el modo en que las diferentes regiones del cerebro responden ante tareas aritméticas simples o complejas.

sábado, 23 de julio de 2011

¿Compramos cosméticos porque funcionan o porque nos hacen sentir bien?

Un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) afirma que las consumidoras de cosmética compran estos productos principalmente por razones emocionales. El trabajo se realizó sobre cremas faciales (hidratantes y nutritivas, con o sin base de color, y antiarrugas) y cremas corporales (reafirmantes y anticelulíticas).

Para causar una emoción positiva por el uso de cosméticos, primero se 'culpa' a la mujer por su propio aspecto

“El estudio refleja que tanto la dimensión emocional como utilitaria de las marcas cosméticas influyen significativamente en la satisfacción de las consumidoras, pero es mayor el efecto que ejercen los componentes emocionales”, explica a SINC la investigadora Vanessa Apaolaza de la UPV y autora principal del estudio, que publica el African Journal of Business Management.

Entre las emociones positivas que provocan los productos de belleza, “destaca la sensación de bienestar derivada de la eliminación o reducción de los sentimientos de preocupación y culpa, que es la variable que más influye”, señala la autora.

Los científicos realizaron encuestas personales a 355 mujeres de entre 18 y 50 años, seleccionadas a través de un muestreo aleatorio. Se les solicitó que evaluaran diferentes aspectos vinculados a sus percepciones de las dimensiones funcionales y emocionales sobre las marcas de cosméticos que utilizaban, así como su grado de satisfacción con ellas.

Los resultados señalan que “la satisfacción de las consumidoras es mayor en la medida en que la marca de cosméticos contribuya a hacer más fuerte la experimentación de emociones positivas derivadas de la percepción de ‘estar cuidándose’ y alejar los sentimientos de preocupación y culpa por no cuidar el aspecto”, como indica Apaolaza.

Paradójicamente, para que la marca pueda proporcionar esta experiencia emocional positiva ha de crear primero en la consumidora sentimientos negativos sobre sí misma, tales como la preocupación y la insatisfacción con su aspecto.

“Una manera de lograrlo es decirle sutilmente que es fea, algo que, de manera implícita –mostrando mujeres con un grado de belleza fuera de lo común– logran trasmitir con eficacia muchos de los anuncios de cosméticos”, destaca el trabajo.

“La teoría de la comparación social ha sido utilizada en diversas investigaciones para explicar el modo en que modelos muy atractivas en la publicidad pueden afectar a las consumidoras”, señala Apaolaza.

“La premisa básica de estas investigaciones es que las consumidoras comparan su propio atractivo físico con el de las modelos de los anuncios y dichas comparaciones dan lugar a efectos negativos en la percepción del físico propio y en la autoestima. Los efectos son tanto más notables cuanto mayor conciencia de su imagen pública tengan las personas”, añade.

El estudio apunta a la necesidad de eliminar estas emociones negativas y de calmar su preocupación por verse bien como una de las principales motivaciones psicológicas que incitan a las mujeres a la compra de cosméticos.

“Muy a menudo, las emociones dictan nuestras decisiones. En nuestros comportamientos de compra decidimos en lo emocional y justificamos mediante lo racional. Dichas emociones son en parte aprendidas y en parte instintivas”, apunta Apaolaza.

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La satisfacción de las mujeres con su marca de cosméticos depende de factores más emocionales que funcionales. (Imagen: SINC)




Por ejemplo, una de las razones que explicaría la importancia concedida a la necesidad emocional no consciente, “el deseo de gustar al otro sexo, de resultar sexualmente atractiva”, y que propiciaría la compra de cosméticos, se encuentra en uno de los programas más básicos del ser humano, al que hacen referencia los enfoques darwinistas sobre la atracción: las caras hermosas y los cuerpos bien formados constituyen indicadores biológicos importantes del valor de la pareja sexual.

De los componentes emocionales analizados sobre la marca, el “sentimiento positivo derivado de la experimentación de un mayor éxito en las interacciones sociales” es el que tiene menor influencia en la satisfacción, según la autora.

Desde el punto de vista utilitario, los investigadores observaron que enfatizar en el diseño de los envases (atractivos, que hagan parecer al producto o la marca técnicamente superior, excepcional y única) interviene también a la hora de la compra.

“Estos resultados ponen a disposición del mercado la recomendación de estrategias de persuasión centradas más en aspectos emocionales que funcionales”, concluye la investigadora. (Fuente: SINC)

lunes, 18 de julio de 2011

Filman lo que le sucede al cerebro al caer en un estado de inconsciencia

Unos investigadores han sido los primeros en conseguir observar lo que le sucede al cerebro al caer en un estado de inconsciencia. Han logrado ver en tiempo real el proceso de pérdida de la conciencia en regiones del cerebro anatómicamente distintas.

Usando un sofisticado equipamiento de obtención de imágenes, han elaborado una película en 3D que muestra cómo cambia la actividad del cerebro a medida que hace efecto en él un anestésico.

El equipo de Brian Pollard, profesor de anestesiología en la Universidad de Manchester (Reino Unido), ha llegado a la conclusión de que las imágenes 3D en tiempo real indican que en la pérdida de la consciencia está implicado un cambio en la actividad eléctrica a gran profundidad en el cerebro. Ese cambio altera la actividad de ciertos grupos de neuronas e impide la comunicación entre diferentes partes del cerebro.

Los resultados parecen apoyar una hipótesis presentada por la profesora Susan Greenfield, de la Universidad de Oxford, sobre la naturaleza misma de la consciencia. Greenfield sugiere que la consciencia está conformada por diferentes grupos de células cerebrales, que pueden o no trabajar juntos con eficacia, dependiendo ello de los estímulos sensoriales disponibles, y que la consciencia no es un estado de simplemente encendido o apagado, sino que funciona más bien como un potenciómetro, que cambia de posición con los efectos del crecimiento, el estado de ánimo o los fármacos. Cuando alguien está anestesiado, parece que los citados grupos pequeños de células cerebrales no funcionan juntos con tanta eficiencia, o bien se inhibe la comunicación con otros grupos de neuronas.

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El cerebro anestesiado, tal como lo muestra el escáner fEITER usado en la investigación. (Foto: Universidad de Manchester)

Pollard y sus colaboradores están ahora trabajando en tratar de interpretar más detalladamente los cambios que han observado. Aún se desconoce qué sucede exactamente dentro del cerebro al caer en un estado de inconsciencia, pero el logro del equipo de Pollard es un paso crucial hacia ese conocimiento.

Problemas mentales derivados de la contaminación atmosférica

Una exposición prolongada a la contaminación atmosférica puede llevar a cambios físicos en el cerebro, así como ocasionar problemas de aprendizaje y de memoria, e incluso ansiedad. Así lo sugieren los resultados de una nueva investigación con ratones.

Mientras que otros estudios han mostrado los efectos perjudiciales del aire contaminado en los pulmones y en el corazón, éste es el primero en mostrar el impacto negativo sobre el cerebro.

El equipo de Laura Fonken, Randy Nelson, Qinghua Sun y Sanjay Rajagopalan, de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, ha extendido al cerebro una línea de investigación anterior en la cual se comprobó que el material particulado fino que flota en el aire, por culpa sobre todo de la contaminación atmosférica causada por el Hombre, causa inflamación en buena parte del cuerpo, y puede estar relacionada con problemas de presión arterial alta, diabetes y obesidad.

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Randy Nelson. (Foto: OSU)
Fonken y sus colaboradores expusieron a los ratones a un aire contaminado o filtrado durante seis horas cada día, cinco días por semana, a lo largo de un período de 10 meses, casi la mitad del tiempo de vida medio de los ratones.

El aire contaminado contenía partículas finas, el mismo tipo de polución creado por automóviles, fábricas y el polvo natural. Las partículas finas de esa clase son diminutas, de unos 2,5 micrómetros de diámetro, o aproximadamente una treintava parte del grosor de un cabello humano. Estas partículas pueden penetrar a gran profundidad en los pulmones y otros órganos del cuerpo.

La concentración de este material particulado al que fueron expuestos los ratones es equivalente a la concentración a la que las personas pueden estar expuestas en algunas áreas urbanas contaminadas.

Después de transcurridos los 10 meses, los investigadores sometieron los animales a una serie de pruebas de comportamiento. Tanto la conducta de los ratones, como los resultados de los exámenes neurológicos que se les hizo, denotan que los sometidos al aire polucionado tenían más problemas de aprendizaje y memorización, y mayores niveles de ansiedad.
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Foto: NCYT/MMA

Los resultados sugieren que la exposición prolongada al aire contaminado puede tener efectos medibles y negativos en el cerebro humano, capaces de provocar diversos problemas de salud mental. Esto podría acarrear consecuencias importantes y preocupantes para quienes viven y trabajan en áreas urbanas contaminadas.

domingo, 17 de julio de 2011

Internet está cambiando nuestra memoria

Ilustración de un cerebro humano
La "memoria transitiva" explicaría por qué decidimos -en ocasiones- cederle la tarea de recordar a las máquinas.
Las computadoras e internet están cambiando la naturaleza de la memoria humana, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Science.
En los experimentos que realizaron, cuando le hacían preguntas difíciles a los participantes estos empezaban a pensar en ordenadores.
Cuando los participantes sabían que podrían ir más tarde a buscar un dato en una computadora, su memoria de las respuestas concretas era pobre pero tenían un mejor recuerdo de dónde encontrarlas.
Los investigadores consideran que internet funciona como una "memoria transitiva", de la que dependemos y que recuerda por nosotros.
La autora principal del trabajo, Betsy Sparrow, de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, dijo que la memoria transitiva representa "una idea de que hay fuentes externas de memoria; verdaderos espacios de almacenamiento que existe en otros".
"Hay personas expertas en ciertas cosas y dejamos que lo sean, los hacemos responsables de cierto tipo de información", le explicó a la BBC.
Su coautor, Daniel Wegner, quien ahora está en la Universidad de Harvard, había hablado de la noción de memoria transitiva en un texto llamado "Interdependencia Cognitiva en Relaciones Cercanas", en el que consideraba que en relaciones largas cada miembro de la pareja confía en el otro para que funcione como su banco de recuerdos.
"Realmente creo que internet se ha vuelto una variante de esta memoria transitiva, y es algo que quise verificar", dijo Sparrow.

"Dónde", no "qué"

La primera parte de la investigación consistió en evaluar si los sujetos eran impulsados a pensar en computadoras y en internet al hacerles preguntas difíciles.
Para eso, el equipo utilizó lo que se conoce como test de Stroop modificado.
"No creo que Google nos esté haciendo estúpidos; sólo estamos cambiando el modo en que recordamos las cosas... Si en estos días uno puede encontrar datos en línea aun cuando está caminando por la calle, entonces la habilidad que hay que tener, lo que hay que recordar, es dónde ir a buscar la información. Es igual que con la gente: lo que hay que recordar es a quién ir a preguntarle sobre (un tema específico)"
Betsy Sparrow, autora del estudio
El test de Stroop estándar mide cuánto tarda un participante en leer una palabra de un color si la palabra es el nombre de otro color; por ejemplo, la palabra "verde" impresa en azul.
Los tiempos de reacción se incrementan cuando en vez de pedirles que lean palabras de colores se les pide que lean palabras sobre temas sobre los que podrían ya estar pensando.
De este modo el equipo demostró que tras hacerle preguntas difíciles de verdadero o falso a los participantes los tiempos de reacción para vocablos relacionados con internet eran más largos.
Esto sugeriría que cuando los participantes no sabían la respuesta, ya estaban considerando la opción de buscarla en un ordenador.
En un experimento más revelador le dieron a los participantes una serie de datos. A la mitad le dijeron que los archiven en unas carpetas de computadora, mientras a la otra mitad se les dijo que los datos se borrarían.
Al pedirles que trataran de recordarlos, aquellos a los que les habían dicho que la información ya no estaría disponible respondieron notablemente mejor que los quienes la habían guardado.
Pero quienes esperaban que la información todavía estuviera disponible recordaban muy bien en qué carpetas habían puesto los datos.
"Esto sugiere que cuando sabemos que podemos encontrar algo en línea solemos mantenerlo ahí en términos de memoria, almacenado de forma externa", dijo Sparrow.
Según ella la tendencia de los participantes a recordar la ubicación de la información antes que la información misma no es un signo de que la gente está perdiendo la capacidad de recordar, sino que está organizando grandes cantidades de información de una forma más accesible.
"No creo que Google nos esté haciendo estúpidos; sólo estamos cambiando el modo en que recordamos las cosas... Si en estos días uno puede encontrar datos en línea aun cuando está caminando por la calle, entonces la habilidad que hay que tener, lo que hay que recordar, es dónde ir a buscar la información. Es igual que con la gente: lo que hay que recordar es a quién ir a preguntarle sobre (un tema específico)".

viernes, 15 de julio de 2011

Localizan en qué punto del cerebro reside una capacidad mental vital para la supervivencia

El cerebro humano posee la capacidad de captar "al vuelo" el significado de un conjunto entero de cosas, y eso nos da una enorme ventaja sobre un organismo que tuviera que analizar los objetos uno a uno y luego combinar todos los datos. Es más, la interacción de objetos que tengamos a la vista permite al cerebro humano identificar esos objetos más rápidamente que si no estuvieran interactuando entre ellos.

Unos científicos han localizado ahora la región del cerebro que se ocupa de esa capacidad mental vital para la supervivencia, o sea de nuestra capacidad de comprender un conjunto entero de cosas, incluso uno nunca antes visto, en una fracción de segundo.

Aunque en investigaciones anteriores ya se constató la existencia de este efecto que facilita la identificación de los objetos cuando interactúan entre ellos, la ubicación de la parte del cerebro responsable del efecto seguía siendo un misterio. Por eso, Irving Biederman y Jiye G. Kim, ambos de la Universidad del Sur de California, con la ayuda de Chi-Hung Juan del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad Central Nacional de Taiwán, se propusieron esclarecer esto.

Un estudio anterior realizado por Kim y Biederman sugirió que el origen del efecto que facilita la identificación de los objetos cuando interactúan entre ellos estaba en la corteza occipital lateral, que es una parte del centro de procesamiento visual del cerebro. Sin embargo, existía la posibilidad de que la corteza occipital lateral estuviera recibiendo ayuda de otra región cerebral, específicamente del surco intraparietal.

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Irving Biederman y Jiye G. Kim. (Foto: USC)
En los experimentos del nuevo estudio se ha comprobado, sin embargo, que cuando se trata de proporcionar una ventaja competitiva para identificar los objetos que forman parte de una interacción, la corteza occipital lateral parece trabajar sola. O, al menos, sin la ayuda del surco intraparietal.

Llevar una vida satisfactoria es bueno para el corazón

Si bien la depresión y la ansiedad se reconocen desde hace mucho tiempo como factores de riesgo para las dolencias cardíacas, existe menos certidumbre acerca de los efectos beneficiosos de un estado psicológico 'positivo'. Ahora, tras un estudio realizado sobre 8000 funcionarios británicos, los investigadores afirman rotundamente que una vida satisfactoria protege el corazón.

Cuanto mayor es la satisfacción, mayor es el grado de protección frente a enfermedades cardíacas. Así concluye un nuevo estudio, liderado por expertos de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Boston, EE UU), que muestra que unos altos índices de satisfacción vital ‘media’ se asocian con un riesgo menor.

Los autores apuntan que “la satisfacción con aspectos específicos de la vida cotidiana, en particular el trabajo, la familia, la vida sexual y la relación con uno mismo tiene un efecto positivo asociado a la reducción de cardiopatías coronarias, independientemente de los factores de riesgo tradicionales”.

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(Foto: Thalita Carvalho)
La investigación, conocida como Whitehall II y realizada sobre 8000 funcionarios británicos, analiza los historiales médicos de los participantes en busca de muertes relacionadas con enfermedad coronaria, ataques cardíacos no mortales y angina de pecho a lo largo de un periodo de seguimiento de aproximadamente seis años.

Los resultados, publicados en el European Heart Journal, revelan una disminución aproximada del 13% en el riesgo de enfermedad cardíaca con la satisfacción en cuatro de los aspectos vitales específicos: trabajo, familia, sexo y satisfacción con uno mismo (pero no con relaciones amorosas, actividades de ocio o nivel de vida). La reducción del riesgo se observó tanto en hombres como en mujeres.

“Estos resultados sugieren que las intervenciones orientadas a potenciar estados psicológicos positivos, y no solamente a aliviar estados psicológicos negativos, pueden surtir un efecto considerable entre individuos de alto riesgo”, concluye Julia Boehm, autora principal del estudio e investigadora en la Escuela de Salud Pública de Harvard. (Fuente: SINC)

lunes, 11 de julio de 2011

El riñón es la principal fuente de una hormona que retrasa el envejecimiento

Los pacientes que están en diálisis por padecer insuficiencia renal crónica sufren un envejecimiento acelerado con signos externos que lo evidencian. Una investigación destinada a descubrir por qué se produce este fenómeno, ha llevado a cuatro Grupos de Investigación de la Red de Investigación Renal (REDinREN) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, a descubrir cómo el riñón es la principal fuente de una hormona que retrasa el envejecimiento. El hallazgo ha sido publicado en el último número on-line de la revista científica JASN (Journal of American Society of Neprology), la revista más prestigiosa del mundo en medicina del riñón.  

Klotho es el nombre de una diosa, la menor de las tres hijas de Zeus y que con su rueca hilaba las hebras de la vida. Pero además es el nombre de una hormona. El trabajo de los investigadores de la REDinREN ha confirmado que el riñón es la principal fuente de Klotho en el organismo y que las células renales secretan Klotho al medio que las rodea, de forma que a través de la circulación, Klotho llega a los diversos órganos de nuestro cuerpo, donde ejerce su función antienvejecimiento.  

Codirigidos por el Dr Alberto Ortiz (IIS-FJD) y la Dra  Ana B Sanz (IdiPaz), estos investigadores han descubierto además cómo las inflamaciones aceleran el envejecimiento. La inflamación disminuye la producción de la hormona Klotho en el riñón, pudiendo reducirse hasta en un 90%. Estos equipos de científicos junto con Grupos de Investigación de los hospitales de Córdoba y Asturias, estudiaron el comportamiento de Klotho en ratones con fracaso renal agudo. El descenso de la producción de esta hormona Klotho se observó en las primeras horas del
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Dr Alberto Ortiz. (Foto: Medysalud Comunicación) 
fracaso renal. Pero lo más sorprendente, es que la escasez de Klotho persistió más de una semana, cuando el riñón incluso ya había recuperado su función normal. Esto explicaría por qué el fracaso renal se asocia con un aumento de mortalidad que persiste incluso después de la recuperación de función del riñón.  

Semejante hallazgo permitirá diseñar nuevos tratamientos que retrasen el envejecimiento de pacientes con enfermedad renal y eventualmente, de la población general.  

Los investigadores de la REDinREN han identificado además las sustancias inflamatorias concretas que más contribuyen a este descenso de Klotho. Así, las citoquinas TWEAK y TNF redujeron la producción de Klotho en células cultivadas de riñón un 80% y un 60%, respectivamente. Es más, la inyección de TWEAK en el ratón disminuyó la producción renal de Klotho a la mitad. 

TWEAK y TNF son por tanto responsables de la mayor parte de la reducción de la hormona anti-envejecimiento Klotho en situaciones de inflamación. Esta información abre las puertas a varias formas del tratamiento del envejecimiento acelerado asociado a la inflamación. 

Tanto los tratamientos anti-TNF actualmente disponibles, como los tratamientos anti-TWEAK que están en fase de ensayo clínico, podrían tener un efecto anti-envejecimiento que deberá ser investigado con más detalle. (Fuente: Medysalud Comunicación)

domingo, 3 de julio de 2011

¿A un paso de la píldora anticonceptiva masculina?

Si no surgen obstáculos, parece que la tan deseada píldora anticonceptiva masculina está ya muy cerca de convertirse en una realidad. Se trabaja en afinar lo que puede ser el primer anticonceptivo oral sin esteroides para hombres. Las pruebas con dosis pequeñas de un compuesto que interfiere en la actividad de los receptores del ácido retinoico han demostrado que dicho compuesto causa esterilidad en los ratones macho.

El equipo que trabaja con el anticonceptivo, del Centro Médico de la Universidad de Columbia, comprobó que dosis pequeñas del fármaco detenían la producción de espermatozoides sin efectos secundarios aparentes. Y poco después de concluida la administración del fármaco se recuperaba la fertilidad normal, algo muy importante en cualquier anticonceptivo.

Investigaciones anteriores condujeron al citado equipo a descubrir que manipulando la vía de señalización de esos receptores era posible interferir en el proceso de espermatogénesis, el cual es necesario para la producción de espermatozoides.

Una ventaja de usar un fármaco sin esteroides es que así se evitan los efectos secundarios comúnmente asociados a los anticonceptivos a base de esteroides.

Las alternativas anticonceptivas a base de esteroides para los hombres han adolecido de muchos efectos adversos, incluyendo variabilidad étnica en la eficacia, así como un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y de hiperplasia benigna de próstata.

Otro efecto secundario de los anticonceptivos hormonales para los hombres ha sido la disminución de la libido. "No hemos visto efecto secundario alguno, hasta ahora, y nuestros ratones se han estado apareando muy felizmente", explica al respecto la Dra. Debra J. Wolgemuth, del equipo de investigación.

Otra ventaja del nuevo anticonceptivo es que no afectará a la visión ocular. Y otra es que se podrá tomar oralmente, en forma de píldora.

En la investigación también han trabajado Sanny S. W. Chung, Xiangyuan Wang, Shelby S. Roberts, Stephen M. Griffey, y Peter R. Reczek.

Escaneos cerebrales que revelan qué clase de pensamientos tiene el sujeto

Unos experimentos con una nueva técnica demuestran que es viable identificar algunas clases de pensamientos en la persona cuya mente sea escaneada. Es un nuevo paso en un campo que ha sido exclusivo de la ciencia-ficción durante mucho tiempo.

Los resultados de estos experimentos, realizados por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, sugieren que es factible identificar estados mentales diferentes a partir de patrones únicos de actividad en "redes" coordinadas del cerebro.

Estas redes constan de regiones cerebrales que se comunican sincronizadamente entre sí.

El equipo de la citada universidad está utilizando este enfoque de red para desarrollar pruebas de diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer y de otros trastornos del cerebro en que está afectada la función de red.

El equipo de investigación, dirigido por el neurólogo Michael Greicius, pudo determinar a partir de datos de imágenes del cerebro si los sujetos del experimento estaban recordando sucesos del día, cantando en silencio para sí mismos, realizando cálculos mentales o simplemente relajándose.

En el estudio, los sujetos realizaron estas actividades mentales a su propio ritmo natural, en vez de hacerlas a petición de los científicos y de manera controlada y cronometrada, como normalmente se requiere en experimentos que usan la técnica de obtención de imágenes cerebrales llamada resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI).

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Ya es posible hacer escaneos cerebrales que revelan qué clase de pensamientos tiene el sujeto. (Recreación artística de Jorge Munnshe para NCYT)

Esto sugiere que el nuevo método, una variante de la técnica estándar de fMRI, podría ayudar a los científicos a obtener datos reveladores sobre el funcionamiento del cerebro en situaciones de la vida real que son bastante habituales.