Introducción

Este blog es una herramienta orientada para todo tipo de profesionales de la educación, la psicología y la salud que trabajen con trastornos cognitivos de base orgánica y pretende convertirse en de base orgánica en una herramienta de consulta permanente.

viernes, 16 de julio de 2010

El Contacto Con la Naturaleza Refuerza la Vitalidad del Ser Humano


16 de Junio de 2010. Foto: U. RochesterSalir al campo, o a otro entorno natural comparable, hace que las personas se sientan más vivas. Y así lo corrobora ahora el resultado de un estudio. Además, esa sensación de la vitalidad incrementada que se experimenta al estar en contacto con la naturaleza va más allá de los efectos energizantes de la actividad física y la interacción social que a menudo están vinculadas a las actividades al aire libre, según muestra el estudio.
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"La naturaleza es combustible para el alma", dice Richard Ryan, profesor de psicología en la Universidad de Rochester, uno de los autores de esta investigación. "A menudo, cuando nos sentimos agotados recurrimos a una taza de café, pero la investigación sugiere que una forma mejor de obtener energía es el contacto con la naturaleza".

Los resultados de este estudio se perfilan por tanto como un hallazgo importante por las repercusiones que puede tener para nuestra salud mental y física. La investigación ha demostrado que las personas con una mayor carga anímica de vitalidad no sólo tienen más energía para las cosas que quieren hacer, sino que también son más resistentes a las enfermedades físicas. Una de las estrategias para reforzar la salud puede ser pasar más tiempo en entornos naturales agradables.

En años recientes, numerosos estudios psicológicos han correlacionado la exposición a la naturaleza con el incremento de la vitalidad y una mayor sensación de bienestar. Por ejemplo, se ha constatado que las personas que participan en excursiones a entornos naturales declaran sentirse más vivas, y que el mero recuerdo de sus experiencias al aire libre en tales lugares las hace sentirse más felices y vivificadas.

Otros estudios sugieren que la mera presencia de la naturaleza ayuda a evitar la sensación de agotamiento que, sin causa física aparente, algunas personas experimentan a veces en entornos urbanos. También, que el 90 por ciento de las personas declara sentirse con más energías cuando realiza actividades al aire libre.

El nuevo estudio avanza en una línea de investigación abierta tiempo atrás por Ryan, Netta Weinstein, psicóloga de la Universidad de Hamburgo, y otros. En esa línea de investigación, ya se demostró en su día que las personas son más afectuosas y generosas cuando se ponen en contacto con la naturaleza. "Tenemos una conexión natural con las cosas vivas", afirma Ryan. Los resultados de éste y otros estudios subrayan la importancia de tener acceso a parques y otros espacios naturales, y de incorporar elementos naturales en nuestros edificios, ya sea mediante ventanas que nos muestren algún espacio natural del exterior, o bien colocando dentro del edificio macetas con plantas de interior.

Información adicional en:

domingo, 4 de julio de 2010

La gráfica de la muerte durante el siglo XX

Muy a menudo me encuentro con gente que dice que antes se vivía mejor, que hoy la ciencia lo estropea todo y que comemos porquerías. Uno puede opinar que le gusta más vivir en el campo, que le gusta más el aire de la montaña o que prefiere coger el tomate directamente de su huerta. Pero no es opinable que hoy la esperanza de vida ha subido extraordinariamente. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas objetivas de todo el siglo XX. El documento Esperanza de vida en España a lo largo del siglo XX es un trabajo muy documentado que se basa en los datos recogidos por el INE (Instituto Nacional de Estadística). En él se pueden ver gráficas y tablas espectaculares que muestran con claridad esta mejora en el modo de vida de la sociedad.







Me quedo con un par de párrafos de las conclusiones (negritas mías):

La esperanza de vida al nacer ha pasado de 34,76 años en 1900 a 78,71 en 1998 para el conjunto de la población (de 33,85 a 75,25 años en varones, y de 35,70 a 82,16 años en mujeres). Esta evolución representa una ganancia de 43,95 años de vida (41,40 en varones, 46,46 años en mujeres). La mitad de estos años ganados, 22,14, se debe a mejoras en la supervivencia en los menores de 15 años, sobre todo durante los dos primeros tercios del siglo.

La mejora en la esperanza de vida en los dos primeros tercios del siglo XX se debe en gran parte a la mejora de las condiciones de vida de los niños, pero en el último tercio del siglo parece estar mucho más relacionada con la mejora de la asistencia sanitaria y su extensión a toda la población, beneficiando especialmente a los mayores de 65 años.

La sanidad ha mejorado, indudablemente, gracias a la ciencia. Tenemos todo tipo de aparatos en los hospitales para medir, controlar y mejorar todo tipo de variables biológicas. Y no sólo asistencia sanitaria en hospitales y centros de salud. La sanidad también ha entrado de lleno en nuestra alimentación. Lo que comemos ha pasado controles sanitarios exhaustivos y, si algo se ve extraño, rapidamente se retira el producto en cuestión. Puedes pensar lo contrario si quieres, pero los datos los tienes delante de ti. Al menos, deja de pensar en conspiraciones.

Longevidad y Diferencias de Edad Entre Cónyuges

Foto: MPILa vida en pareja es más beneficiosa para los hombres que para las mujeres, al menos para quienes desean tener una larga vida. Estudios anteriores han mostrado que los hombres con esposas bastante más jóvenes que ellos viven hasta una edad más avanzada que los hombres casados con mujeres de su misma edad.
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Aunque se había asumido que las mujeres casadas con hombres más jóvenes que ellas también deberían vivir hasta una edad más avanzada que las mujeres casadas con hombres de su misma edad, un nuevo estudio ha mostrado que no es así. En vez de ello, cuanto mayor es la diferencia de edad con respecto a la del marido, menor es la expectativa de vida de la mujer. Sucede tanto si la diferencia es por ser ella más joven que su marido como por ser mayor que él.

El riesgo de mortalidad de un marido que tiene entre 7 y 9 años más que su mujer se reduce en un 11 por ciento, en comparación con parejas en las que ambos cónyuges tienen la misma edad. Por el contrario, un hombre muere más temprano cuando es más joven que su esposa.

Durante años, los científicos han pensado que estos datos se aplicaban a ambos sexos. Asumieron que se producía un efecto de "selección de salud": En la mayoría de los casos, quienes logran cónyuges más jóvenes lo pueden hacer porque están mejor conservados por estar más sanos o porque tienen mayor poder económico lo cual también les permite cuidar mejor su salud. Y debido a su mejor salud tienen, obviamente, una expectativa de vida mayor. También se pensaba que un cónyuge más joven tiene efectos positivos de tipo psicológico y social en un cónyuge más viejo, y puede proporcionar a éste mejores cuidados en la vejez, ayudándole por tanto a prolongar su vida.

"Ahora, estas teorías deben ser reconsideradas", sostiene Sven Drefahl, del Instituto Max Planck para la Investigación Demográfica (MPIDR) en Rostock, Alemania. "Parece que todavía no están claras las razones de las diferencias en la mortalidad a causa de la diferencia de edad de los cónyuges"
Usando datos de casi dos millones de parejas danesas, Drefahl fue capaz de eliminar las deficiencias estadísticas de investigaciones anteriores, y mostró que la mejor opción para una mujer es casarse con un hombre de exactamente su misma edad; un esposo mayor acorta su vida, y uno menor lo hace aún más.

Según los resultados del estudio de Drefahl, la mujer que se casa con un marido de 7 a 9 años menor que ella, incrementa su riesgo de mortalidad en un 20 por ciento. Por ello, la "selección de salud" no puede explicar la diferencia en el riesgo de mortalidad de las mujeres. Aunque muchos estudios sobre selección de pareja muestran que las mujeres prefieren mayormente a un hombre de su misma edad, la mayoría de ellas termina con un marido más viejo. En Estados Unidos, al casarse el novio es como promedio 2,3 años más viejo que la novia. "No es que las mujeres no puedan encontrar cónyuges más jóvenes; la mayoría simplemente no lo desea", explica Sven Drefahl.

Pero, ¿por qué un marido joven acorta la vida de una esposa mayor que él? Según Drefahl, una de las pocas explicaciones posibles es que las parejas con maridos más jóvenes que las esposas violan la norma social de que el marido debe ser mayor que la esposa y por tanto sufren a causa de las "sanciones" sociales que reciben. Dado que casarse con un esposo más joven se sale de lo que se considera como normal, estas parejas podrían ser consideradas como ajenas a los círculos sociales y recibir por ello menos apoyo social. Esto podría conducir a una vida menos placentera y más estresante, reduciendo así la salud y, finalmente, incrementando la mortalidad.

Aunque el nuevo estudio del MPIDR muestra que las mujeres tienen mayor desventaja cuando no son de la misma edad que sus maridos, no es cierto que casarse sea desfavorable en general. Estar casado eleva la expectativa de vida tanto del hombre como de la mujer por encima de los solteros. Además, las mujeres suelen vivir más que los hombres; mundialmente su expectativa de vida supera a la de los hombres en varios años.

Información adicional en: