Introducción

Este blog es una herramienta orientada para todo tipo de profesionales de la educación, la psicología y la salud que trabajen con trastornos cognitivos de base orgánica y pretende convertirse en de base orgánica en una herramienta de consulta permanente.

lunes, 21 de junio de 2010

Detectar la Falta Potencial de Honradez, Habilidad Humana Que Se Desarrolló Para Ese Fin Concreto
21 de Junio de 2010. Foto: UCSBUna nueva investigación realizada por académicos en la Universidad de California en Santa Bárbara indica que la habilidad humana de detectar a los facinerosos refleja el funcionamiento de un sistema de razonamiento que evolucionó para ese fin concreto, y no puede ser explicada mediante habilidades más generales para razonar sobre reglas condicionales, violaciones morales, o interacciones sociales.
Bookmark and Share

Según los autores, este sistema se activa sólo cuando se detecta una transgresión que potencialmente puede revelar un aspecto específico de la personalidad de alguien, su tendencia a actuar de manera deshonesta.

Los resultados del nuevo estudio, que retoma la línea de investigación abordada por uno anterior que mostró evidencias neurológicas de un sistema distinto de detección de facinerosos, refutan concretamente la teoría de la "pizarra vacía" de la inteligencia humana. Esta teoría trata de explicar habilidades especiales, por ejemplo la capacidad de detectar facinerosos, como un producto de la experiencia y de una capacidad general de aprender o razonar.

La psicóloga Leda Cosmides, codirectora del Centro para la Psicología Evolutiva de la Universidad de California en Santa Bárbara, ha llevado a cabo el nuevo estudio junto con el antropólogo John Tooby, codirector del citado centro, y H. Clark Barrett, antropólogo que ahora trabaja en la Universidad de California en Los Ángeles.

El intercambio social es la forma de cooperación que se da cuando las personas intercambian favores. Los análisis evolutivos han mostrado que el intercambio social no puede evolucionar a menos que los individuos sean capaces de detectar a los que actúan sin honradez. Por lo tanto, desde un punto de vista evolutivo, el propósito de detectar conductas deshonestas es asociarlas a una identidad, para deducir la personalidad.

Sin embargo, sólo algunas violaciones de los contratos sociales son relevantes para evaluar la personalidad. Por ejemplo, alguien puede ser privado de aquello a lo que tiene derecho, por culpa de un error inocente o cuando algo interfiere de manera accidental en la marcha de los acontecimientos. En esos casos, el sistema cerebral para valorar lo ocurrido no es el mismo que cuando se produce una flagrante falta de honradez, situación ante la cual sí se activa ese sistema cerebral especializado en lidiar con los facinerosos.

Información adicional en:

lunes, 7 de junio de 2010

REGULACION DE LA PACIENCIA PARA ESPERAR BENEFICIOS FUTUROS

Una nueva investigación revela la existencia de un circuito cerebral sobre el que parece sustentarse la capacidad de los seres humanos para resistir la tentación de escoger una gratificación inmediata a cambio de recibir otra mayor en el futuro, aunque ello implique esperar durante meses o incluso años.

Este nuevo estudio aporta algunos datos esclarecedores sobre la capacidad para el "viaje mental a través del tiempo", que nos permite a los seres humanos tomar decisiones cuyos beneficios son a largo plazo.

Los humanos preferimos normalmente recompensas grandes en vez de pequeñas, pero esta situación puede cambiar cuando las más grandes están asociadas con una demora mayor en recibirlas. Aunque no hay duda de que los seres humanos rebajamos el valor de las recompensas conforme aumenta el plazo de tiempo a transcurrir hasta obtenerlas, en general, poseemos una capacidad bastante buena para aguardar el beneficio a largo plazo y no ceder a la tentación de aceptar recompensas inmediatas que no nos convienen por ser demasiado exiguas.

Hay varios modelos propuestos para explicar la base neuronal de la habilidad que nos permite asignar a múltiples recompensas valores relativos en diferentes momentos. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas sin respuesta, y las regiones y mecanismos cerebrales involucrados en este proceso están poco claros.

Jan Peters, del departamento de Neurociencia de Sistemas en el Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf en Alemania, y su colega Christian Büchel, usaron resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) y otras técnicas, para revisar las interacciones entre el viaje mental al futuro y la toma de decisiones.

Los voluntarios que participaron en el estudio tuvieron que hacer una serie de elecciones entre pequeñas recompensas inmediatas y grandes recompensas tardías, mientras su actividad cerebral era medida mediante fMRI y sus procesos mentales eran examinados con otras técnicas.

Los datos neurológicos revelaron que las señales en la corteza cingulada anterior, una parte del cerebro implicada en la toma de decisiones basadas en recompensas, y el acoplamiento funcional de esta región con el hipocampo, en combinación con el acto de imaginar el futuro, permitían predecir el grado en el que esa acción de pensar en el futuro modulaba las funciones vinculadas a las preferencias individuales.

Los resultados de este estudio revelan que, en los sujetos examinados, imaginar vívidamente el futuro reducía la tendencia a escoger de manera impulsiva la recompensa inmediata. Los datos obtenidos sugieren que la corteza cingulada anterior, con arreglo a predicciones episódicas involucrando al hipocampo, sustenta el ajuste dinámico de las funciones asociadas a las preferencias que nos capacitan para hacer elecciones que maximizan los beneficios futuros.

Scitech News

AL DORMIR, SOÑAR CON LO ESTUDIADO ES SEÑAL DE UN APRENDIZAJE MAS SOLIDO

Psicología

Un experimento ofrece pruebas adicionales de que se debería incluir el dormir lo suficiente (y soñando) en las estrategias para lograr hábitos de estudio eficaces. El equipo de investigación que llevó a cabo el experimento ha comprobado que las personas que al dormir sueñan con la tarea que acaban de aprender, tienen un mejor rendimiento después de despertarse que quienes no duermen o que quienes duermen pero no sueñan con la tarea.

A los voluntarios del estudio se les pidió que se sentaran frente a la pantalla de un ordenador y memorizaran el trazado de un laberinto tridimensional de modo que pudieran encontrar el camino que llevaba hasta un árbol cuando fueran dejados cinco horas después en una ubicación aleatoria dentro del espacio virtual.

Las personas a las que se les permitió dormir y además tuvieron constancia de haber soñado con la tarea, encontraron el árbol en menos tiempo.

Sin embargo, tal como advierte Robert Stickgold de la Escuela de Medicina de la Universidad Harvard, el contenido de los sueños en sí mismo no parece ser de gran ayuda, pues no constituyó un repaso mental de datos verídicos y útiles.

En un par de casos, los que soñaron rememoraron en sus sueños sólo la música del laberinto virtual. Un individuo soñó que había personas en puestos de control dentro del laberinto, aunque el real no tenía personas ni puestos de control. No faltaron sueños más fantasiosos, incluyendo recreaciones del laberinto como cavernas llenas de murciélagos.

Los autores del estudio piensan que los sueños son un indicador de que el cerebro está trabajando sobre el mismo problema en diversos ámbitos. Los sueños podrían reflejar el intento del cerebro de encontrar asociaciones para los recuerdos que puedan hacerlos más útiles en el futuro.

En otras palabras, no es que los sueños conduzcan hacia una mejor memorización, sino que son una señal de que otras partes del cerebro están trabajando duro para recordar cómo avanzar por el laberinto virtual. Los sueños son básicamente un efecto secundario de ese proceso de memorización.

Scitech News

EL CHOCOLATE NEGRO PUEDE MITIGAR LOS DAÑOS DE UN DERRAME CEREBRAL

Neurología
Viernes, 28 de Mayo de 2010 09:09

Se ha descubierto que un compuesto en el chocolate negro puede proteger al cerebro después de un derrame cerebral al incrementar ciertas señales celulares de las cuales ya se sabía que protegen de daños a las células nerviosas.

Los ratones que sufrieron una isquemia cerebral pero que noventa minutos antes habían tomado una dosis moderada de epicatequina, un compuesto presente de forma natural en el chocolate negro, experimentaron significativamente menos daños cerebrales que los que sufrieron tal isquemia pero no recibieron el compuesto.

A pesar de que la mayoría de los tratamientos contra el derrame cerebral en los humanos tienen que ser aplicados en un lapso no mayor de 3 horas para que sean efectivos, la epicatequina parecía evitar daños neuronales adicionales cuando se proporcionaba a los ratones 3 horas y media después de un derrame cerebral. Sin embargo, 6 horas después de un derrame, el compuesto no ofrecía ya protección alguna a las células cerebrales.

El estudio efectuado por el equipo del Dr. Sylvain Doré, profesor de anestesiología, medicina de cuidados críticos, farmacología y ciencias moleculares en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, sugiere que la epicatequina estimula dos vías de las cuales se sabe que protegen de daños a las células cerebrales. Cuando se desencadena un derrame cerebral, el cerebro está listo para protegerse a sí mismo porque estas vías están activadas. En el estudio se comprobó que en los ratones que carecían de actividad en esas vías, la epicatequina no tenía un efecto protector significativo y sus células cerebrales morían después de un derrame cerebral.

Doré espera que su investigación sobre estas vías acabe permitiendo averiguar la mejor manera de limitar los daños causados por los derrames cerebrales agudos y quizá hasta cómo proteger el cerebro contra trastornos degenerativos neurológicos crónicos, como la enfermedad de Alzheimer y otras afecciones cognitivas relacionadas con el envejecimiento.

La cantidad de chocolate negro que las personas necesitarían consumir para beneficiarse de sus efectos de protección no está clara todavía, ya que Doré no lo ha estudiado en ensayos clínicos. Los investigadores advierten que nadie debería asumir que los resultados de esta investigación animan a consumir grandes cantidades de chocolate, el cual es muy rico en calorías y grasas. Lo aconsejable es seguir una dieta saludable con una variedad suficiente de frutas y verduras.

Scitech News

sábado, 5 de junio de 2010

Dormir... tal vez soñar

- Texto escrito por Victoria Puig,

neurocientífica e investigadora del Picower Institute (MIT) -

'To sleep… perchance to dream' ('dormir... tal vez soñar') es un sugerente verso que Shakespeare incluyó en el famoso monólogo 'Ser o no ser' de Hamlet... y el título del simposio al que asistí la semana pasada en la Boston University. Llevaba mucho tiempo esperando este simposio, porque ha reunido a los mejores especialistas en el estudio del sueño. El por qué dormimos y soñamos son preguntas que nos hemos hecho desde los albores de la humanidad, y que han motivado el trabajo de innumerables científicos, entre los cuales me incluyo.

En las últimas décadas hemos descubierto muchas cosas sobre el sueño, pero aunque tenemos mucha información proveniente de experimentos realizados en animales y personas, las grandes preguntas están aún por contestar: ¿Por qué necesitamos dormir? ¿Por qué soñamos? Durante el ciclo vigilia-sueño estamos sometidos a distintos estados de conciencia y, por tanto, el estudio del sueño puede darnos pistas importantes sobre cómo se genera y se mantiene la consciencia. En este simposio los investigadores nos han explicado qué ocurre durante las distintas etapas del sueño y mientras soñamos. Parece que lo que ocurre es tan importante para procesos cognitivos como la memoria y el aprendizaje que el cerebro decide desconectarse del mundo 8 horas al día.


La consciencia de los sueños

Nuestro nivel de consciencia, así como el de la mayoría de mamíferos y pájaros, varía dramáticamente cada día. Cuando estamos despiertos percibimos estímulos del mundo exterior, sentimos emociones y somos conscientes de nosotros mismos. Cuando dormimos sin soñar estas percepciones y emociones están disminuidas sobremanera. Sin embargo, cuando soñamos ocurre algo muy curioso: percibimos cosas, sentimos y hasta somos conscientes de nosotros mismos –parecido a cuando estamos despiertos- pero todo está generado por nuestro cerebro. En realidad nuestro cerebro nos engaña haciéndonos creer que estamos despiertos, incluso cuando sabemos que lo que ocurre en el extravagante sueño no puede ser cierto. Los científicos creen que mientras dormimos el cerebro procesa toda la información relevante adquirida durante el día, y para ello tiene que simular el contexto físico y emocional de las experiencias vividas.

Los científicos han definido 4 fases distintas de sueño, que van desde el sueño más ligero (fase I) al más profundo (fase IV). Las fases de sueño profundo (III y IV) ocurren en la primera mitad de la noche, mientras que las fases de sueño ligero (I y II) predominan en la segunda mitad. El patrón temporal de las distintas fases del sueño (ver figura de abajo) es altamente replicable entre personas.

Además, el sueño se ha clasificado de forma distinta en sueño REM (de rapid eye movement, durante el cual movemos los ojos con los párpados cerrados), y no REM (NREM). El sueño REM se da siempre en la fase I, y constituye el 20-25% del tiempo que dormimos. El NREM se da en las fases II, III y IV durante el 75-80% de tiempo restante. Sabemos que podemos soñar en cualquiera de las 4 fases, pero que los sueños son más largos y abstractos durante el sueño REM. Por lo tanto, la mayoría de los sueños extraños que tenemos se dan hacia el final de la noche.

El sueño REM está marcado con líneas azules.

La importancia de los sueños

Robert Stickgold (Beth Israel y Harvard, USA) lleva décadas estudiando el sueño en personas. En su charla comentó que no sabemos todavía por qué existen las distintas etapas del sueño ni por qué durante el sueño REM movemos los ojos. Su teoría: los cerebros de especies complejas como los mamíferos deben procesar una miríada de experiencias cada noche, por lo que evolutivamente se han generado distintas fases de sueño especializadas en procesar cosas distintas.

Los experimentos que se realizan en su laboratorio consisten típicamente en entrenar a personas a memorizar o aprender cosas (por ejemplo, memorizar listas de palabras o aprender una secuencia de números en el teclado del ordenador), para analizar sus habilidades horas después. La clave de los experimentos es que a algunas personas las entrenan por la mañana y les hacen las pruebas por la noche, y a otras las entrenan por la noche y las examinan por la mañana. Los resultados que obtienen son de los más replicables y sólidos en este campo de investigación: no importa lo que se tenga que recordar o aprender, los participantes que han dormido después del entrenamiento siempre lo hacen mejor. Y eso incluye también el echarse una siesta durante el día. Corolario: si debéis recordar algo para algún evento importante (examen, reunión, presentación) la mejor estrategia es dormir después de preparlo. Funcionará mejor cuanto más importante sea el evento y más implicado estés emocionalmente, ya que el laboratorio de Stickgold ha demostrado que el sueño juega un papel importante a la hora de consolidar la memoria emocional.

Además, se ha demostrado que durante el sueño podemos agudizar nuestras capacidades mentales. Un fascinante estudio publicado en 2004 mostró que personas que habían dormido durante la noche resolvían problemas de lógica más rápidamente que las que no habían dormido. Lo hacían mejor porque encontraban trucos que les permitían llegar a la solución del problema mucho antes. Creo que este estudio refleja un fenómeno que pasa a menudo, te despiertas pensando en cosas en las que no habías caído antes relacionadas con algo que te ha pasado recientemente. Parece que el cerebro inconsciente sabe que tenemos cosas que resolver y trabaja mientras dormimos. Sin duda, muy útil.

El contenido de los sueños

El laboratorio de Erin Wamsley (Beth Israel y Harvard, USA) ha realizado el primer estudio sistemático del contenido de los sueños, analizado lo que sueñan centenares de personas durante la noche. En su laboratorio los participantes realizan juegos de entretenimiento durante varias horas al día, en los que acaban implicándose mucho emocionalmente. Por la noche los despiertan como 10 veces para que expliquen con detalle lo que estaban soñado (qué experimento más pesado!). Parece que el juego más infalible es el tetris, que es muy adictivo para algunas personas.

Las conclusiones son claras y, para mí, interesantísimas: 1) un alto porcentaje de los participantes sueña con estar jugando al tetris en las primeras horas de la noche; 2) a lo largo de la noche los recuerdos del juego se van mezclando con otras experiencias y por tanto los sueños son más y más abstractos (al final de la noche los sueños no tienen nada que ver con el tetris); 3) las personas más obsesionadas con el juego tienen más sueños durante la noche; y 4) los participantes que más sueñan con el juego lo hacen mejor al día siguiente. Este último punto es importante, demuestra que durante los sueños se produce un aprendizaje. Se ha sugerido que quizá por eso los niños necesiten dormir tanto.

Con la edad la cantidad de horas de sueño varía. La proporción entre el sueño REM y NREM también.

La química de los sueños

Steffen Gais (Ludwig Maximilian University, Alemania) nos explicó la importancia del neurotransmisor acetilcolina para el sueño. Durante la noche los niveles de acetilcolina disminuyen muchísimo en el cerebro. El laboratorio de Gais entrena a participantes en una batería de tareas cognitivas para luego aumentar la concentración cerebral de acetilcolina durante la noche (les dan una pastilla antes de irse a dormir). Al día siguiente examinan cómo los cambios en los niveles de acetilcolina han afectado a las habilidades cognitivas. Las conclusiones son que los participantes recuerdan peor las cosas... pero mejoran el aprendizaje de movimientos. Estos resultados sugieren que existen distintos mecanismos regulatorios durante el sueño dependiendo de lo que se tiene que procesar. Es decir, demasiada acetilcolina es perjudicial para algunas cosas pero beneficiosa para otras.

¿Qué sueñan las ratas?

Los investigadores Bruce McNaughton (Lethbridge University, Canadá) y Matt Wilson (MIT, USA) nos explicaron qué sueñan las ratas después de haber corrido por un laberinto buscando comida. Bueno, para ser más exactos, nos explicaron qué ocurre a nivel neuronal en el cerebro de ratas que duermen después del entrenamiento. No tienen forma de saber si las ratas estaban soñando o no. Nos hablaron de secuencias de activación de neuronas y de cambios en oscilaciones cerebrales. Lo que explicaron me pareció lo suficientemente interesante como para contároslo en otro post. Los investigadores reconocieron que va a ser difícil descifrar las bases neuronales de los sueños, por la dificultad de realizar registros de neuronas en personas que pasan por las distintas fases del sueño. Yo creo que en algún momento se podrán realizar estos registros, y que probablemente nos darán pistas importantísimas sobre por qué dormimos, por qué soñamos y qué pasa a nivel neuronal durante los distintos estados de conciencia.

Los lectores a los que les haya interesado este largo post soñarán quizá con su contenido en algún momento de la noche, lo cual será muy interesante: soñar sobre cómo soñamos... Felices y productivos sueños a todos.

Vicky Puig

¿Nuestro cerebro sabe qué hora es en todo momento?

Alguna vez nos hemos acostado pensando a qué hora deberíamos despertarnos y, aunque no tuviéramos despertador a mano, hemos abierto los ojos justo a esa hora. ¿Eso significa que el cerebro sabe qué hora es?

En 1940, los psicólogos creían que teníamos semejante control del tiempo gracias a una versión básica de un cronómetro que contaba una serie de movimientos regulares fijos, como impulsos cerebrales. Pero nuestro cerebro mide el tiempo de una forma más alambicada.

Dean Buonomano, un profesor de Neurobiología y Psiquiatría de la UCLA, argumenta que, cada vez que el cerebro procesa un evento sensorial, como el piar de un pájaro, por ejemplo, se dispara una cascada de reacciones entre las células cerebrales y sus conexiones. Cada una de ellas deja una huella que permite al cerebro recomponer la información y codificar el tiempo.

Para entenderlo mejor hay que pensar en lo que sucede en un estanque cuando lanzamos una piedra. Cuanto más lejos lleguen las ondas del agua, más tiempo han tardado en esfumarse. Pues bien, cuando oímos, siguiendo con el ejemplo, dos píos de un pájaro, el primero da lugar a un pico de tensión en algunas neuronas auditivas, que a su vez provoca que otras neuronas se exciten también.

Las señales reverberan entre las neuronas durante medio segundo, del mismo modo que cuando arrojamos la piedra en el estanque, las ondas se extienden hasta desaparecer.

Cuando se produce el segundo pío, las neuronas todavía no se han reestablecido. Como resultado, el segundo crea un sonido diferente al patrón del sonido inicial. Y nuestra sensación será la de una sucesión de sonidos rápida. Porque cada acontecimiento es codificado teniendo en cuenta los anteriores.

Por otra parte, Warren Meck, experto neurólogo de la Universidad de Duke, en EE.UU, asegura que nuestro cerebro tiene tres formas de medir el tiempo. En primer lugar, están los ritmos circadianos, es decir, los que controlan el sueño, la vigilia, etc. Luego está nuestra habilidad para medir milisegundos, que es el sistema más útil para la realización de acciones de psicomotricidad fina. Y, por último. Está la que mide los lapsos de tiempo, que van desde unos segundos hasta algunos minutos.

Tenemos una especie de ritmómetro biológico que recoge las señales relacionadas con el tiempo de todo el cerebro y coordina si se producen simultáneamente y se refieren a acontecimientos o percepciones singulares.

Meck cree que esta función de coordinación la lleva a cabo una estructura en el cerebro medio cargada de neuronas espinosas (llamadas así porque tienen muchas ramificaciones a modo de espinas).

Sin embargo, la velocidad con la que miden el paso del tiempo estas neuronas se puede modificar. Parece ser que el detonante de que estas neuronas espinosas se pongan en funcionamiento se encuentra en la dopamina. Si se añade dopamina a este cronómetro, el tiempo va más deprisa.

Esto podría explicar la hiperactividad. O el hecho de que, cuando envejecemos, el tiempo nos pasa más deprisa: a mayor edad, se reduce la cantidad de dopamina de nuestro organismo. Y también explicaría que algunas drogas nos aceleren, como la cocaína, y otras nos ralenticen el tiempo, como la marihuana.

Después de todo, el cerebro es un buen reloj, aunque pueda modificarse su velocidad. Como jocosamente explica Eduardo Mendoza en su novela El misterio de la cripta embrujada:

Con este consuelo me metí en la cama y traté de dormirme repitiendo para mis adentros la hora en que quería despertarme, pues sé que el subconsciente, además de desvirtuar nuestra infancia, tergiversar nuestros afectos, recordarnos lo que ansiamos olvidar, revelarnos nuestra abyecta condición y destrozarnos, en suma, la vida, cuando se le antoja y a modo de compensación, hace las veces de despertador.

Vía | ¿Cuánto pesa la Tierra? De Ana Pérez Martínez

martes, 1 de junio de 2010

Descubren "el secreto" de la acupuntura

Científicos en Estados Unidos descubrieron por qué pinchar el cuerpo con agujas, como se hace en la acupuntura, puede aliviar el dolor.

Aguja de acupuntura

Descubrieron que los niveles de adenosina aumentan en los sitios de acupuntura.

En experimentos con ratones los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester hallaron que los niveles de adenosina, un analgésico natural en el organismo, aumentan en los tejidos cercanos a donde se colocan las agujas de acupuntura.

El estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, también encontró que en ratones resistentes a los efectos de la adenosina, el tratamiento de medicina china no tuvo efecto.

El hallazgo, dicen los científicos, podría conducir a nuevas terapias para tratar el dolor.

"La acupuntura ha sido durante 4.000 años el sostén de los tratamientos médicos en algunas partes del mundo", afirma la doctora Maiken Nedergaard, quien dirigió la investigación.

"Pero como no ha sido entendida completamente, mucha gente sigue siendo escéptica".

"En ese estudio, obtuvimos información sobre un mecanismo físico por el cual la acupuntura reduce el dolor en el organismo", expresa la investigadora.

Analgésico local

Lo curioso con la acupuntura es que aunque cada vez parecemos entender mejor cómo funciona, al mismo tiempo cada vez tenemos más razones para poner en duda que realmente sirve

Profesor Edzard Ernst

Se sabe que la adenosina desempeña distintas funciones en el organismo, incluida la regulación del sueño y la reducción de la inflamación.

Estudios en el pasado han demostrado también que cuando ocurre una lesión en la piel después de una herida, la adenosina actúa como un analgésico local natural.

En la investigación reciente, los científicos estaban analizando los efectos de la sustancia en los tejidos más profundos donde los acupunturistas insertan sus finas agujas.

El equipo llevó a cabo una sesión de acupuntura de 30 minutos en un punto de presión en la rodilla de ratones a quienes se les provocó un malestar en la pata.

Los expertos descubrieron que en ratones con niveles de funcionamiento normal de adenosina, la acupuntura logró reducir el dolor en más de un 60%, según mediciones de sensibilidad nerviosa.

En ratones modificados que no contaban con el receptor de adenosina, la acupuntura no tuvo efectos.

Y durante e inmediatamente después del tratamiento de acupuntura, el nivel de adenosina en los tejidos cercanos a las agujas eran 24 veces más altos que antes del tratamiento, expresan los científicos.

Posteriormente, con un fármaco que extiende los efectos de la adenosina lograron prolongar tres veces los beneficios de la acupuntura.

Variedad de efectos

La acupuntura se usa en muchos países para una variedad de trastornos. En el Reino Unido, por ejemplo, el tratamiento se ofrece en los Servicios Nacionales de Salud para reducir el dolor de espalda baja.

Los expertos afirman que los efectos de la acupuntura ocurren de varias formas diferentes.

"Hemos sabido durante mucho tiempo que la acupuntura altera la respuesta al dolor modulando los circuitos de dolor en la médula espinal y también con la liberación de endorfinas", afirma un portavoz de la Sociedad Británica del Dolor.

"Es muy interesante que los científicos han encontrado ahora una alteración en los niveles de adenosina en los tejidos, lo cual ayuda a explicar algunos de los efectos moduladores de la acupuntura en la percepción del dolor", agrega.

Por su parte Edzard Ernst, profesor de medicina complementaria de la Escuela Médica Peninsula, afirma que el estudio ofrece nueva información sobre cómo la acupuntura reduce el dolor, pero es necesario confirmar estos resultados.

"Necesitamos confirmar este hallazgo con estudios independientes y controles más rigurosos antes de que podamos aceptarlos totalmente", dice el científico.

"Lo curioso con la acupuntura es que aunque cada vez parecemos entender mejor cómo funciona, al mismo tiempo cada vez tenemos más razones para poner en duda que realmente sirve", concluye.